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Brasil: ADN África, cinco filmes que buscan reunir los lazos rotos por la esclavitud

Afrobrasileños conocen su origen étnico mediante un proyecto documental

Demuestra que el país sudamericano también fue colonizado por africanos, explica el director Carlos Alberto Jr.

El filme registra cómo 150 personas redescubren su identidad

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En Brasil, país de 202 millones de habitantes, donde 51.2 por ciento de la población es negra o mestiza. Imagen tomada de uno de los cinco documentales de la serieFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 31 de julio de 2015, p. a10

Río de Janeiro.

La identificación del origen de más de 100 millones de afrobrasileños se limitó durante mucho tiempo a su color de piel. Imposible para ellos saber de dónde venían sus ancestros. Pero 127 años después de la abolición de la esclavitud, gracias a las nuevas pruebas de ADN, algunos pudieron esclarecer el misterio.

Los esclavos lo perdían todo: su apellido, su identidad... con estas pruebas se ha podido restablecer la conexión, declaró Carlos Alberto Jr, director del proyecto Brasil: ADN África, serie de cinco documentales cuya ambición es volver a unir los lazos rotos por la esclavitud.

Los exámenes han sido realizados por el laboratorio African Ancestry de Washington, que dispone de una base de datos de 220 etnias, y lleva a cabo las pruebas con muestras de saliva de las que extraen el ADN mitocondrial, el cual transmite la madre a sus descendientes.

Los 150 candidatos, la mayoría militantes por la causa de los negros, proceden de cinco estados del oeste de Brasil en los que desembarcaron en masa 4.5 millones de esclavos entre los siglos XVI y XIX: Rio de Janeiro, Minas Gerais, Bahia, Pernambuco y Maranhao.

En el siglo XIX había ocho africanos por cada portugués. La idea es mostrar que Brasil también fue colonizado por los africanos, y no solamente por los europeos que fueron llevados a Brasil tras la abolición de la esclavitud en el siglo XIX para blanquear el país deliberadamente, explica Alberto Jr.

Mezcla de emociones increíbles

La actriz carioca Zezé Motta, quien hizo el papel de esclava en la película Xica da Silva (1976), del realizador brasileño Caca Diegues, descubrió gracias al examen de ADN que sus ancestros pertenecían a la etnia yoruba.

El historiador y guionista de la película me había dicho que, a juzgar por mis características físicas, yo debía ser gurunsi, de Costa de Marfil. He vivido durante años con esta versión, y de pronto, a los 70 años, una prueba científica me descubre que soy yoruba, de Nigeria. Fue una mezcla de emociones increíbles, dijo la actriz.

Zezé explicó que en los años 90, durante una escala en Nigeria, había sentido una tristeza profunda que le había durado varios días. Desde entonces, durante años me he preguntado de dónde venía ese dolor. Cuando me dieron el resultado del examen comprendí que estaba relacionado con los orígenes de mis ancestros, relató emocionada.

Zulu Araujo, presidente de la Fundación cultural Pedro Calmon, en Salvador de Bahía, descubrió que descendía de los tikar de Camerún, una etnia mayormente islámica.

Fue una sorpresa. Pensaba, como muchos bahianos, que era yoruba (de Nigeria o de Angola). Tuve que rehacer mi identidad en mi cabeza a los 62 años, declaró este experto en cuestiones raciales.

En Brasil nos retiraron nuestros orígenes de forma refinada y brutal. Destruyeron los papeles de nuestros ancestros y cambiaron nuestros nombres. Era una estrategia perversa para mantenernos bajo su dominio, señaló.

En el contexto de estos documentales, Araujo viajó a Bankim, pueblo tikar del centro de Camerún. Ahí pude evidenciar mis orígenes. Las similitudes físicas y culturales resultaron ser evidentes. Me reconocí en el hecho de que son extremadamente musicales.

Para él, este examen servirá para decir a los afrobrasileños que sí tienen orígenes, que no son solamente hijos de esclavos, sino africanos, guerreros dignos de respeto, al igual que los europeos y los asiáticos que también fueron reducidos a la esclavitud.

De estos documentales me interesa crear las condiciones para dejar atrás el proceso de racismo, dijo.

Resultados decepcionantes

Sin embargo, para otros afrodescendientes, como la periodista Luciana Barreto, de 38 años, los resultados del examen fueron más bien sorprendentes.

Esperaba descubrir mi origen africano, de acuerdo con mi aspecto físico, pero cuando abrí el sobre supe que era ciento por ciento indígena sudamericana. Me quedé perpleja, afirmó.

“Fue un shock y me sentí culpable. Como militante (de las causas de los negros) sabía que los indígenas habían sido masacrados y que lo siguen siendo actualmente. Me sentí culpable porque estaba luchando sólo por una parte de mí misma”, añadió, sin poder reprimir las lágrimas.

Ahora estoy esperando los resultados de la línea de mi padre. Mi hermano ya se hizo la prueba. Como el cromosoma Y sólo se transmite del padre al hijo, el examen de ADN del hermano permite seguir la línea del varón (directa) de una familia o de una etnia.

En Brasil, país de 202 millones de habitantes, donde 51.2 por ciento de la población es negra o mestiza, los resultados del análisis del ADN intensifican mi denuncia a un país que niega su historia y al racismo. Pocos brasileños tienen un micrófono como yo, para gritar que somos racistas, que excluimos, sí, y que tenemos segregación en Brasil, expresó Luciana.

El babalawo (guardián de los secretos del candomblé, religión afrobrasileña) Ivanir dos Santos, que desde 2007 organiza en Río la marcha anual contra la intolerancia religiosa, tampoco oculta su decepción con el veredicto de la prueba.

Ivanir siempre se había considerado yoruba. Ha salido ciento por ciento europeo por mi madre, por eso estoy impaciente por conocer los resultados del ADN de la línea paterna. Sigo investigando, dijo este hombre de 60 años.

Los cinco documentales de 52 minutos, que relatan el regreso de cinco afrobrasileños a África, entre ellos Araujo, serán difundidos a partir de septiembre.