Iguala, Gro.

El Ejército Mexicano peligrosamente empieza a hacer política, al grado que ya asumió facultades que no le corresponden, como fijar posturas respecto de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) y el caso Ayotzinapa, denunció Vidulfo Rosales Sierra, abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

Entrevistado durante la colocación de una ofrenda floral a la memoria de los tres estudiantes asesinados en el bulevar de Iguala hace diez meses, dijo que esto no debiera ser así. El Ejército Mexicano no debe hacer política, para eso están las autoridades civiles, que son las que tienen que hacer política, los posicionamientos, emitir juicios y valoraciones, pero no las fuerzas armadas.

Rosales Sierra señaló que lo que se ha planteado es que se tiene que abrir la investigación en la vía de los hechos. Se tienen que atender las recomendaciones que ha hecho la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el grupo independiente de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y el comité de Naciones Unidas en materia de desaparición forzada y tortura, que han dicho que se debe mantener abierta la indagatoria y que se hagan diligencias hasta dar resultados.

Por su parte, el vocero de los padres de los normalistas, Felipe de la Cruz, reiteró que la demanda central del movimiento es que se abran los cuarteles militares para investigar el paradero de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, no a nosotros si no quieren, pero sí al grupo de expertos de la CIDH, que les den las facilidades para que hagan su trabajo.

Manifestó que es importante para los padres de familia la investigación a los militares. En la escena del crimen siempre queda algo, y si no hay nada, pues se descartaría esa línea de investigación.

A las 18:30 horas partió una marcha de la plaza de las Tres Garantías, en el zócalo de Iguala, hasta el Periférico Norte, y la avenida Álvarez, lugar en que fueron asesinados los estudiantes Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fuentes, quien fue desollado.