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Campesinos tlaxcaltecas dan manejo sustentable a bosque santuario del insecto

En Nanacamilpa, luciérnagas significan una luz para el sustento de ejidatarios
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 27 de julio de 2015, p. 35

Nanacamilpa, Tlax.

Cuando se termina la luz del día y conforme oscurece los destellos empiezan a surgir. En pocos minutos la noche y el silencio se instalan, y de unas cuantas, pasan a decenas y cientos de lucecitas intermitentes. Se encienden y apagan. Buscan a su pareja, sin prisa, a pesar de que están en la última etapa de su vida.

Son las luciérnagas que durante julio y las primeras semanas de agosto llegan a su etapa adulta, sólo para reproducirse antes de morir.

En este municipio tlaxcalteca se encuentra el santuario del insecto, reconocido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), donde los lugareños aseguran que, en la última década, a partir de que ejidatarios decidieron recuperar los terrenos forestales que durante años se dedicaron al cultivo, las luciérnagas han abundado.

Eso parece, dicen, porque son endémicas, en particular la especie Macrolampis palaciosi, aunque también ahora que cuidamos el bosque nos fijamos más en ellas, reconocen algunos campesinos.

Con apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la organización de los ejidos de la zona, diseñan un plan de manejo a desarrollar en 10 años y con actividades acordes a las necesidades del bosque: desde la limpieza del terreno para prevenir incendios, el corte y reposición de árboles viejos y enfermos, la conservación de suelos y el aprovechamiento del agua de lluvia, hasta la tala para la obtención de madera y fabricación de muebles y artesanías.

Son diversas las actividades que los ejidatarios realizan para lograr un manejo sustentable. Cuidamos el bosque y de aquí obtenemos el sustento para nuestras familias, afirmó Elías Jiménez, presidente del comisariado ejidal Lira y Ortega.

La agricultura no deja

La decisión de dedicarse a la protección y conservación del bosque –también santuario de la luciérnaga– fue posible porque de la producción agrícola no vivimos. Nos pagan a 3 mil pesos la tonelada de maíz, cuando sólo para preparar el terreno y sembrar se invierten 2 mil 500 pesos. Los que ganan son los intermediarios.

De esta otra forma, explicó, todos ganamos, pues otro componente del programa de manejo incluye el empleo temporal, donde la mitad de los participantes son mujeres. En jornadas de seis horas realizan labores como la recolección de ramas que luego acomodan para formar diques. El objetivo es que cuando llueva, el agua se detenga y penetre al suelo, en lugar de que corra cuesta abajo.

A este ejido muy pronto se sumará otra fuente de ingresos con el ecoturismo y las visitas al santuario de la luciérnaga.

Esta actividad ya funciona en el centro ecoturístico Piedra Canteada. Las visitas se inician un poco antes de las 20 horas para la organización de grupos y explicación de los guías sobre las características de este bosque de oyamel que se ubica a 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar. El área natural protegida tiene una extensión de 632 hectáreas, de las cuales sólo 20 están autorizadas para las actividades turísticas. Por sus condiciones de humedad es favorable para la vida y reproducción de la Macrolampis palaciosi.

De estos insectos, de tipo escarabajo, se conocen alrededor de 2 mil especies, y en México están reconocidas 164, de las cuales 84 son endémicas, de acuerdo con una investigación a cargo de Santiago Zaragoza Caballero, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los guías explican que el ciclo de vida de la luciérnaga es de dos años. La primera etapa, como huevecillos, dura 40 días, luego pasa un año y nueve meses como larva. En este tiempo se alimenta de gusanos y caracoles, que a su vez estarán disponibles si hay condiciones de humedad en el suelo.

En su tercera etapa, la luciérnaga es similar al capullo de las mariposas durante 15 días y luego llega a la fase adulta. Es entonces cuando sale por las noches y se puede observar por la luz pequeña que emite.

Durante poco más de un mes las luciérnagas llevan a cabo el apareamiento. Los machos buscan a sus parejas por medio de su luz. Las hembras ponen sus huevecillos en el suelo, cerca de los árboles.

Este espectáculo es un regalo de la naturaleza que dura menos de una hora. Todavía hay un poco de luz solar cuando surgen algunas lucecitas. Alrededor de las 20:30 horas sale la mayoría y antes de una hora se apagan.

Para apreciarlas mejor es indispensable la oscuridad. Los insectos buscan esta condición y por la intermitencia de su luz, no es fácil captarlos en una fotografía si no se toma con un equipo profesional, por eso la recomendación a los visitantes es que disfruten el espectáculo y no intenten sacar selfies.