Filadelfia.

México llegó a la final de la Copa Oro 2015 con un camino polémico, bajo la sombra de la ayuda arbitral, pero se impuso sin mayores problemas por 3-1 a Jamaica y conquistó el título que necesitaba para buscar el boleto a la Confederaciones 2017 ante Estados Unidos.

El Tri aprovechó errores defensivos del cuadro caribeño y se coronó con goles de Andrés Guardado, Jesús Corona y Oribe Peralta, lo que mantendrá en el puesto al técnico Miguel Herrera, cuya permanencia hubiera estado en duda en caso de que no consiguiera el título del certamen regional.

México se medirá el 9 de octubre en Pasadena a Estados Unidos, monarca anterior del certamen, para definir al representante de la Concacaf a la Copa Confederaciones de Rusia 2017.

Guardado se convirtió en el único jugador que ha marcado en tres finales, luego de sus tantos en 2007 y 2011.

Se trata de la séptima Copa Oro que consigue el cuadro mexicano, luego de sus títulos logrados en 1993, 1996, 1998, 2003, 2009 y 2011.

Ante la suspensión de Carlos Vela, por tarjetas amarillas, el Piojo Herrera decidió iniciar con Jesús Corona para acompañar a Oribe Peralta en la delantera. Además, el técnico dejó en la banca a Héctor Herrera, quien se había mostrado bajo de nivel en partidos previos.

Sin embargo, el Tri tuvo un inicio incierto, se mostró nervioso y no pudo hilvanar pases para ir al frente.

En cambio, el cuadro del Caribe dominó las acciones. Además de su fortaleza física y velocidad, Jamaica estuvo ordenado a la defensiva y con variantes al ataque.

Apenas al inicio del juego fue amonestado Jesús Dueñas, quien tuvo que recurrir a falta para detener al veloz Kemar Lawrence.

Jamaica creó peligro en la meta de Guillermo Ochoa, en un tiro libre que Je-Vaughn Watson estuvo cerca de rematar con la cabeza.

La escuadra tricolor se acercó hasta el minuto 18, en un débil remate con la cabeza de Guardado que fue directo a las manos del guardameta Ryan Thompson, así como con un tiro de media distancia de Miguel Layún que desvió la defensa.

Al 24, el Tecatito Corona logró la mejor llegada, en un cabezazo picado que el arquero rechazó a córner y cinco minutos después el delantero del Twente evadió rivales dentro del área, pero realizó un tiro desviado.

A la media hora de juego Guardado demostró ser el mejor del equipo en este torneo. Paul Aguilar mandó un centro desde la derecha a segundo palo, donde el Principito llegó sin marca y conectó de volea, con parte interna, y mandó el esférico al ángulo superior derecho de Thompson. Golazo para el 1-0.

Entonces el equipo del alemán Winfried Schäffer adelantó líneas, pero sin crear mayor peligro, aunque Diego Reyes estuvo cerca de marcar un autogol con una barrida en un intento por despejar.

El árbitro salvadoreño Joel Aguilar perdonó la expulsión de Rodolph Austin, quien estaba amonestado e hizo un par de barridas fuertes que merecían el segundo cartón amarillo.

Apenas al inicio del complemento el Tri encontró el 2-0 que definió el duelo. Corona enfiló por el centro y al llegar a los límites del área aprovechó la floja marca y conectó un tiro rasante que sorprendió al guardameta.

Entonces inició con la ola la fiesta mexicana en el estadio, mientras en la cancha los jamaiquinos empezaron a perder fuerza.

El 3-0 llegó al minuto 60. En un centro de Paul Aguilar, el zaguero Michael Hector no pudo controlar el balón dentro del área y lo dejó a Oribe Peralta, quien aprovechó el regalo y fusiló al cancerbero.

En una de sus incorporaciones al ataque, Layún estuvo cerca de aumentar el marcador en un tiro potente que Thompson rechazó con el pie. Después la llegada fue del otro lateral, Paul Aguilar, quien mandó un trallazo que pegó en el hombro derecho del portero.

Después de las fallas mexicanas Jamaica acortó el marcador. Al minuto 79, el recién ingresado Darren Mattocks llegó al área, burló fácilmente al Maza Rodríguez y marcó el 3-1 con tiro rasante y cruzado que dejó sin oportunidad a Ochoa.

En tiempo de compensación México perdió el cuarto tanto, cuando Peralta y Layún no se animaron a disparar y optaron por dar pases, ante el enojo del Piojo Herrera, quien sin embargo empezó a festejar con el silbatazo final.