El caso provoca un nuevo debate sobre la brutalidad policial
Domingo 26 de julio de 2015, p. 17
Chicago.
Cientos de personas participaron ayer en el funeral de Sandra Bland, la afroestadunidense de 28 años hallada muerta en una prisión de Estados Unidos, cuya muerte desató nuevamente debates en el país sobre la violencia policial contra la población negra.
Según medios de comunicación, se formaron largas filas frente a la iglesia metodista en la pequeña localidad de Lisle, estado de Illinois, donde se encontraba el ataúd de Bland, quien mitiltaba en el movimiento Black lives matter (Las vidas de los negros importan), contra la brutalidad policiaca racista.
A la ceremonia acudió mucha gente que nunca conoció a Bland, informó el diario Chicago Tribune, el cual añadió que ante la falta de espacio muchos siguieron la ceremonia a través de una pantalla ubicada en el sótano de la iglesia.
Bland fue hallada muerta en una cárcel de Hempstead, Texas, el 13 de julio, tres días después de haber sido detenida por una infracción de tráfico. Circuló en redes sociales un video, en el cual se muestra el arresto. La mujer discute con el policía que la detuvo por activar la direccional de su auto y ella alega que sólo cambió de carril para dejarlo pasar en su patrulla. Después el agente la hace bajar de su auto y le ordena tirar su cigarrillo. Él la amenaza con inmovilizarla con su pistola paralizante y luego le pone las esposas estando boca abajo en el suelo. ¡Me azotaste la cabeza contra el pavimento!
, le grita la mujer. Tres días más tarde se informó que la detenida fue encontrada en su celda ahorcada, con una bolsa de basura.
Las autoridades consideran que se trató de suicidio, lo cual ya fue confirmado por un reporte forense, pero la familia de Bland rechazó el dictamen y pidió una segunda autopsia, independiente, antes del funeral. El agente que arrestó a la mujer ya fue suspendido.
El fiscal del Estado, Warren Diepraam, había informado que, según los resultados de la necropsia provisional realizada al cuerpo de Bland, ésta se suicidó. Además, se hallaron indicios de mariguana en el cuerpo de la joven, pero no había signos de violencia previa a su muerte.
La detención de la mujer y su posterior deceso desataron nuevos debates sobre la violencia policial contra la población negra en Estados Unidos.