Bayreuth.

El festival wagneriano de Bayreuth, una de las cumbres de la temporada operística, dio ayer el pistoletazo de salida a su nueva edición con un estreno mundial que promete dar que hablar: un Tristán e Isolda con dirección de Katharina Wagner.

La imprevisible bisnieta de Richard Wagner (1813-1883), y directora del festival, fue la encargada de abrir la prestigiosa cita con su puesta de la ópera más influyente del genio alemán. La dirección musical corrió a cargo de Christian Thielemann, experto wagneriano elegido recientemente director musical de Bayreuth.

La inauguración del festival marca desde hace años el inicio de las vacaciones de verano de la canciller alemana, Angela Merkel, que una vez más volvió a acudir acompañada por su marido, Joachim Sauer, a la célebre colina verde de la ciudad bávara.

Además de la mandataria alemana, ataviada con una elegante chaqueta y falda larga de un brillante azul celeste, una larga lista de personajes destacados de la política y de la cultura no quisieron perderse la nueva edición del festival, que se extenderá hasta el 28 de agosto.

El programa de este año contará por tercera vez con la tetralogía El anillo del Nibelungo, con puesta de Frank Castorf. La dirección musical estará a cargo del ruso Kirill Petrenko, recientemente elegido director jefe de la Filarmónica de Berlín como sucesor de Simon Rattle en 2018.

El programa de este año también incluye Lohengrin, con dirección de Alain Altinoglu, que debuta en Bayreuth, y Holandés errante, con puesta de Jan Philipp Gloger y dirección musical de Axel Kober.

El festival continúa además su ciclo Wagner para niños, este año con Parsifal, y celebra la reapertura de Wahnfried, casa museo del compositor en Bayreuth, cerrada desde hace cinco años para una profunda restauración.