Sábado 18 de julio de 2015, p. 21
Bagdad.
Más de 100 personas murieron ayer por la explosión de un coche bomba en un concurrido mercado de la ciudad iraquí de Khan Bani Saad, provincia de Diyala, en uno de los ataques más violentos desde que militantes del Estado Islámico (EI) tomaron control de grandes áreas del país.
La fuerza de la explosión en dicha ciudad, ubicada 30 kilómetros al noreste de Bagdad, derrumbó varios edificios y muchas personas que celebraban el final del Ramadán quedaron bajos los escombros, según médicos y policías.
El Estado Islámico, que domina grandes áreas del norte y el oeste de Irak y Siria –donde hace un año declararon un califato–, se atribuyó el ataque en esa provincia, étnicamente mixta, y sostuvo que el blanco del ataque eran los reacios
, como el grupo se refiere a los musulmanes chiítas.
Multitudes enojadas reaccionaron a la explosión y rompieron las ventanas de los autos estacionados en la calle, en medio del dolor y la ira. El gobierno de Diyala declaró tres días de luto y ordenó el cierre de todos los lugares de esparcimiento durante la festividad para evitar más ataques.
El Estado Islámico indicó en Twitter que el ataque buscaba vengar la muerte de musulmanes sunitas en la ciudad de Hawija y que el suicida en el automóvil llevaba unas tres toneladas de explosivos.
El movimiento yihadista también reivindicó un atentado suicida con coche bomba que hirió a dos policías en la capital de Arabia Saudita, en un comunicado difundido ayer por el centro de vigilancia de portales islamitas SITE.
En África, unas 65 personas perdieron la vida en atentados suicidas en localidades de los estados de Yobe y de Gambe.