Martes 14 de julio de 2015, p. 18
Atenas.
La creación de un fondo de 50 mil millones de euros vía las privatizaciones en Grecia es uno de los puntos más confusos y difíciles del acuerdo entre Atenas y sus acreedores, y corre el riesgo de revelarse irrealista en sus objetivos.
Atenas se compromete a transferir a un fondo independiente
sus activos de valor
. Este fondo debe luego monetizar
estos activos, vendiéndolos o explotándolos de la forma más rentable.
El objetivo es recolectar 50 mil millones de euros durante toda la duración del tercer plan de ayuda que recibirá Grecia si las negociaciones llegan a buen término.
De estos hipotéticos 50 mil millones –que representan entre 20 y 25 por ciento del PIB griego–, 25 mil millones se destinarán a la recapitalización de los bancos, 12 mil 500 millones al desendeudamiento y 12 mil 500 millones a inversiones. Aunque el fondo estará basado en Grecia –y no en Luxemburgo, como se pensó inicialmente, algo percibido como humillante por Atenas–, quedará bajo supervisión de las instituciones europeas.
Pero varios interrogantes subsisten en torno a este proyecto. ¿Que pasará con la agencia de privatización ya existente en Grecia? ¿Cuánto tiempo tendrá Grecia para hallar esos famosos 50 mil millones? Lo que sí es seguro es que este importe es extremadamente ambicioso.
Los acreedores de Grecia, país bajo asistencia financiera desde 2010, reclaman privatizaciones de activos públicos, aunque a menor escala. Según el precedente plan de ayuda, las ventas por las privatizaciones debían aportar 23 mil millones de euros entre 2014 y 2022.