Boston.

Universidades de Estados Unidos y de Cuba aprovecharon el restablecimiento de relaciones entre ambos países y lograron acuerdos para crear programas de intercambio cultural de estudiantes y profesores, así como para desarrollar proyectos de investigación conjuntos. Creo que habrá una explosión de esa clase de colaboraciones, dijo Mauro Guillén, director del Instituto Lauder de Estudios de Gerencia e Internacionales de la Universidad de Pennsylvania.

Algunas universidades obtuvieron permiso para realizar viajes académicos a Cuba. Estados Unidos levantó parcialmente las restricciones, y aunque el turismo sigue prohibido, las nuevas normas facilitan los viajes con fines educativos. La Universidad Internacional de Florida está incluso elaborando planes a largo plazo para instalar al menos un campus en Cuba.

Los intereses académicos abarcan una amplia gama de disciplinas, desde la arquitectura hasta la agricultura, pero son las instituciones de estudios empresariales las que se han apresurado a establecer vínculos con la isla, tanto para estudiar la evolución de su economía como para explorarla como tierra virgen para los negocios, si Washington levanta el embargo comercial.

En este contexto, la entidad responsable de revalidar títulos a médicos extranjeros en Estados Unidos, suspendió la realización de exámenes a profesionales cubanos hasta volver a tener licencias autorizadas por el Departamento del Tesoro.

La Comisión de Educación para Médicos Extranjeros no puede procesar ciertos pedidos de solicitantes en Cuba, en espera de la aprobación de las licencias por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), responsable de revalidar títulos, informó Elizabeth Ingraham, funcionaria de la comisión.

La OFAC es un órgano del Departamento del Tesoro responsable por la administración y control de bienes de terceros países, y se encarga de aplicar las sanciones que desde hace décadas rigen contra Cuba.

En La Habana, los cubanos comenzaron de nuevo a hacer turismo en el Capitolio Nacional, en proceso de restauración para su reapertura como sede de la Asamblea Nacional.

Construido en 1929 para acoger al Congreso, el edificio fue usado para otras funciones después de la revolución de 1959, igual que el Palacio Presidencial, pues eran vistos como legados de gobiernos corruptos amparados por Estados Unidos.