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El Papa y el cambio climático
Llama Francisco a salvar el planeta

Política y finanzas, los depedradores del ambiente

En la encíclica Laudato si, pide a líderes mundiales una revolución valiente

Insta a corregir el sistema económico que hizo del orbe un montón de porquería

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Nadie propone volver a la Edad de Piedra, pero sí debemos frenar y mirar la realidad de forma diferente, y apropiarnos del progreso positivo y sostenible, señala el papa Francisco en la encíclica Laudato si, presentada oficialmente ayerFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de junio de 2015, p. 2

Ciudad del Vaticano.

El papa Francisco reclamó este martes una revolución valiente para salvar el planeta, amenazado por el consumismo, en su encíclica sobre el medio ambiente presentada oficialmente este jueves aquí, dos días después de que fue filtrada por la prensa.

Laudato si (Alabado seas, en latín) sobre el cuidado de la casa común”, de casi 200 páginas, es el documento papal más polémico desde que Paulo VI publicó en 1968 la encíclica Humanae vitae, en la que defendió la prohibición de la Iglesia católica a la anticoncepción.

La encíclica de Francisco puede alentar a los católicos de todo el mundo a presionar a los legisladores sobre asuntos de ecología y cambio climático.

Ninguna encíclica ha generado tanta atención, incluso después de ser filtrada. En Twitter, la etiqueta #LaudatoSi era tendencia desde el martes pasado, cuando L’Espresso rompió el embargo que pesaba sobre la primera encíclica del Papa argentino.

Jorge Mario Bergoglio acusó sin rodeos a la política, a la tecnología y a las finanzas de depredar el medio ambiente y generar pobreza. La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de producción y de consumo.

Francisco, químico de formación, atribuyó a la política y a las empresas no estar a la altura de los desafíos mundiales, tras haber hecho uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto en la Tierra.

Bergoglio hizo un llamado a los líderes del mundo a escuchar el grito de la tierra y de los pobres. Pidió una audaz revolución para corregir lo que describió como sistema económico estructuralmente perverso, donde los ricos explotan a los pobres y convierte a nuestro planeta en un inmenso montón de porquería.

Llamó a evitar la mentalidad de la ineficiencia y la inmediatez, y preguntó: ¿Qué podría inducir a alguien, en este punto, a aferrarse al poder sólo para ser recordado por su incapacidad para adoptar acciones urgentes y necesarias?

Bergoglio, de 78 años, denunció la miopía de la política del poder que, dijo, ha retrasado medidas medioambientales de visión amplia.

Tras afirmar que estaba haciendo uso de los resultados de las mejores investigaciones científicas disponibles, consideró el cambio climático uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad en nuestros días y dijo que las naciones pobres son las que más sufrirán.

Pidió a las personas de distinta confesión o ateas un despertar para salvar la creación divina para las futuras generaciones. Ahora debe escucharse tanto el llanto de la Tierra como el llanto del pobre, afirmó.

“No basta con equilibrar a medias la protección de la naturaleza con las ganancias financieras o la conservación del medio ambiente con el progreso… Es cuestión de redefinir nuestro concepto de progreso. Completamente opuestos a este modelo están los ideales de armonía, justicia, fraternidad y paz propuestos por Jesús.”

La Organización de Naciones Unidas celebrará en septiembre una reunión sobre el cambio climático. Científicos ambientalistas consideran que la primera encíclica sobre el medio ambiente posiblemente influya en el debate de ese encuentro. Podría cambiar la forma en que la gente piensa en esto, indicó Veerabhadran Ramanathan, quien ha informado al Papa sobre temas de clima y trabaja en la Institución Scripps de Oceanografía, con sede en San Diego, California.

Laudato si es un texto accesible y directo, lleno de dardos que harán sentirse incómodos a muchos conservadores y escépticos climáticos, incluido el Congreso de Estados Unidos, que acogerá en septiembre el primer discurso de un Papa en el Capitolio.

El científico y católico devoto Deke Arndt declaró: “Hay algunas cosas que la ciencia no podría escribir de manera tan bella… Creo que habla del espectro de las experiencias humanas… está dirigido al alma y al interior de nosotros”.

Uno de los principales escépticos en el Congreso estadunidense, el senador republicano James Inhofe, expresó temor de que el documento sea utilizado por alarmistas para aprobar políticas que generarán enormes incrementos de impuestos. Dijo que los pobres cargarán lo más pesado de políticas orientadas a desaparecer gradualmente los combustibles fósiles y sustituirlos con energía renovable.

Francisco asumió que la actividad humana es la principal responsable del calentamiento global. La encíclica se refiere a la deforestación de la Amazonia, el deshielo de los glaciares árticos y la muerte de arrecifes de coral. Critica a los obstruccionistas escépticos climáticos que parecen más preocupados por enmascarar los problemas u ocultar sus síntomas.

En el estilo sencillo por el que se le conoce, Francisco rechazó el aire acondicionado y las urbanizaciones cerradas, y abogó en favor de automóviles compartidos, reciclaje y la cercanía con los pobres y marginados.

El Papa pidió políticas valientes, radicales y de largo plazo para que el suministro eléctrico del mundo haga una transición de los combustibles fósiles a energías renovables, y señaló que la compraventa de créditos de emisiones de dióxido de carbono no resolverá el problema, es sólo “un ardid que permite mantener el consumo excesivo de algunos países y sectores.

Nadie propone volver a la Edad de Piedra, pero sí debemos frenar y mirar la realidad de forma diferente, apropiarnos del progreso positivo y sostenible que se ha hecho. Podemos, asimismo, recuperar los valores y los grandes objetivos arrollados por nuestros desatados delirios de grandeza, escribió Francisco.