La natación mexicana tiene un panorama poco alentador si las esperanzas se cifran en el medallero, según compartió el profesor Nelson Vargas. El aislamiento entre las escuelas de donde surgen los competidores, la ausencia de un proyecto que los integre en un mismo espacio como selección, pero sobre todo la distancia enorme entre las potencias de la disciplina en el continente no dejan margen para crecer las expectativas.

Conseguir una medalla en natación en los Panamericanos estará en chino, admitió Nelson Vargas durante la presentación del equipo de su escuela que partirá este martes al Grand Prix de Santa Clara, California, última parada antes de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Hay que decirlo con claridad: ganar una medalla para los nadadores mexicanos será muy difícil; si acaso una de bronce. Entre las esperanzas para México, consideró, está Fernanda González.

Vargas explicó que en los Panamericanos de hace cuatro años no estuvieron los mejores nadadores canadienses, que ahora competirán como locales, y la selección de Estados Unidos que participó era el tercer equipo. A ellos se suman los brasileños, a un año de los Juegos Olímpicos de Río, que quedaron en segundo puesto de Guadalajara 2011.

El nivel de la natación en el continente es tremendo, señaló Vargas. Mientras sigamos aislados cada equipo en sus clubes será muy difícil que crezcamos.

La carencia fundamental para entender esta orfandad en la natación –explicó Vargas– se debe a que hace falta una dirección técnica que aglutine a las selecciones de primera fuerza y juveniles para que trabajen en conjunto.

Tenemos que concentrar a todo nuestro talento en una sola alberca y trabajar como selección nacional; si seguimos dispersos será difícil que consigamos algo en el plano internacional.