En México no se castiga a quienes los utilizan, alerta experto
Lunes 15 de junio de 2015, p. 19
En la actualidad los aparatos con tecnología de última generación facilitan intervenir una conversación telefónica o videograbar a las personas sin que éstas se percaten. Se consiguen en las tiendas de productos electrónicos, Internet y mercados sobre ruedas que se localizan en periferias del Distrito Federal.
Los dispositivos cuestan desde 200 hasta 5 mil pesos, dependiendo si es una pluma, corbata, botón, cinturón, unidad USB o lentes con cámara y micrófono, o hasta un sofisticado
equipo de intervención telefónica.
Guillermo Garduño Valero, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana en seguridad nacional, explica que se pueden espiar llamadas telefónicas en una línea convencional o cientos de millones de mensajes que circulan por Internet.
Se seleccionan palabras codificadas que funcionan como claves y se sustrae automáticamente el mensaje completo. Después se analizan y descifran electrónicamente ciertas frases que pueden revelar algo sospechoso. Por último, personas especializadas depuran el mensaje e identifican el origen y destino
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Una tienda de artículos de espionaje en Guadalajara, Jalisco, indica en la página espiasydetectives.com que vende toda clase de aparatos para escuchar conversaciones privadas. Sus productos tienen precios en dólares y los envían a cualquier parte del país.
En el portal de Mercado Libre se ofrecen localizadores personales de bolsillo con micrófono espía, por 688 pesos, o un grabador automático indetectable
de llamadas telefónicas, de 499 pesos, que tiene la forma de una roseta de pared en la que se enchufa el cable de teléfono o Internet. El dispositivo registra automáticamente en un computadora personal, de forma oculta, todas las conversaciones telefónicas. Asimismo, un kit con audio, video y micrófono con distancia ilimitada se comercializa en 2 mil 299.
Garduño Valero advierte que hace falta endurecer las leyes, pues no se sanciona a quien compra este tipo de equipos, sólo si los utilizan. Yo no conozco a nadie a quien se haya castigado en México por incurrir en estas acciones
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