Celebra la población en plazas públicas el fin del bipartidismo
El Partido Popular, impotente por la pérdida de numerosos bastiones
Sí se puede, miles esperaron la conformación del gobierno localFoto Reuters
Domingo 14 de junio de 2015, p. 21
Madrid.
En los municipios de todo el territorio español se confirmó ayer la revolución silenciosa, que está cambiando definitivamente el tradicional bipartidismo heredado de la transición a la democracia de 1978. Madrid, Barcelona y Valencia, así como decenas de pequeñas y medianas ciudades, vivieron una jornada histórica con el pueblo, que de nuevo llenó las plazas públicas para vitorear a sus nuevos mandatarios, quienes se convirtieron en los estandartes del cambio, que pretende regenerar la democracia y expulsar para siempre la corrupción, el nepotismo y el abuso de poder.
Mientras el derechista Partido Popular (PP) quedó impotente ante la pérdida de numerosos bastiones de su poder territorial, convertido en la formación con la que nadie –o casi nadie– quiere pactar por sus políticas de austeridad y, sobre todo, por la proliferación de casos de corrupción en su seno.
El cambio histórico que se vivió en esta jornada, en la que se conformaron los nuevos gobiernos municipales resultantes de los comicios del pasado 24 de mayo.
Manuela Carmena se convirtió en la nueva alcaldesa de Madrid gracias a una coalición de izquierda impulsada por la formación Podemos y otros partidos como Equo, que contó con el apoyo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Carmena puso fin a 24 años de hegemonía de la derecha en la capital española. Un hito que se celebró con una verbena popular, en la que la nueva alcaldesa inauguró una nueva forma de ejercer el poder: más cercana a la población y con un nuevo escalafón de prioridades, situando en primer lugar la asistencia a los sectores más desfavorecidos por la crisis y con el objetivo firme de poner fin a los desahucios.
Ada Colau, nueva alcaldesa de Barcelona, impulsó su carrera política desde su activismo valiente y frontal en la lucha contra los desahucios, como vocera de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, movimiento que enarbola la lucha de los más golpeados por el sistema financiero y legal, y le arrebató el poder al nacionalista conservador de Convergencia i Unio (CiU), Xavier Trias.
El tercer nombre del cambio es Joan Ribó, veterano activista de la lucha social que recibió el bastón de mando municipal de Valencia con el apoyo de su coalición y de dos partidos más, también de izquierda, Compromis y el PSOE. Valencia pone fin a 24 años de gobiernos del PP, en los que, sobre todo en años recientes, hubo gravísimos casos de corrupción y desfalco al erario. Su anterior alcaldesa, la veterana conservadora Rita Barberá, decidió renunciar a su acta de concejal unos días antes para evitarse el trago de entregar el bastón de bando al candidato de la izquierda.
En su cuenta de Twitter, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo que felicitaba a los concejales del PP. Mi apoyo a los que aún ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios
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En números se ve con claridad la pérdida de poder del PP en las principales ciudades del país: de las 50 capitales de provincia, gobernaba hasta ahora 43, pero a partir de hoy sólo tendrá el poder en 17. De las cuales logró formar gobierno gracias al apoyo del partido emergente Ciudadanos, quien junto con Podemos se ha convertido en el principal árbitro del nuevo mapa territorial español. El PSOE gobernará 16 capitales de provincia, siete más que hasta ahora. Estas son: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Teruel, Lérida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca y Las Palmas.
En Asturias se confirmó el peor de los vaticinios para la izquierda, que fue incapaz de llegar a un acuerdo con Podemos –que se cerró en banda a dar su apoyo al PSOE–, con lo que finalmente seguirá gobernando en Oviedo y Gijón el PP con el apoyo de Foro Asturias, de extrema derecha.
En Galicia, región tradicionalmente del PP y con estructuras caciquiles, se registró uno de los vuelcos más llamativos de la jornada, con la llegada al poder de los candidatos aupados por las llamadas Mareas Atlánticas, integradas por movimientos ciudadanos y diversas organizaciones políticas de izquierda. Así ocurrió en A Coruña, donde fue investido alcalde Xulio Ferreiro con el apoyo añadido del PSOE, y en Santiago de Compostela, donde gobernará Martiño Noriega, de la coalición Compostela Aberta.
En el País Vasco, el Partido Nacionalista recuperó el poder de las tres capitales de provincia: Bilbao, que lo mantiene; San Sebastián, que se lo arrebató a EH-Bildu, y Vitoria, que lo tenía hasta ahora el PP.