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Abre la puerta a cascos azules con la misión de mantener la paz

Ucrania autoriza el despliegue de tropas extranjeras en su territorio

Rusia amenaza con usar sus fuerzas armadas fuera de sus fronteras

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 5 de junio de 2015, p. 25

Moscú.

En un gesto más simbólico que práctico, el Parlamento de Ucrania suprimió hoy el impedimento constitucional para la permanencia temporal de tropas extranjeras en su territorio al votar en favor de la medida 240 diputados del total de 327 registrados en la sala.

La decisión, en principio, abre las puertas al despliegue de militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en suelo ucranio, pero no se antoja viable en el corto plazo, a menos que los países miembros de la alianza noratlántica asuman desafíos suicidas, dispuestos a enfrentarse con Rusia en una guerra nuclear.

La resolución de la Rada –una posibilidad remota dirigida contra Rusia, calificada por los legisladores ucranios, en votación anterior, de país agresor– despeja el camino para que el gobierno de Ucrania pueda solicitar el envío de un contingente militar foráneo, como fuerza de intermediación, que excluya a soldados rusos.

El documento especifica que el gobierno de Ucrania puede autorizar el ingreso temporal a su territorio de tropas extranjeras con la misión de mantener la paz y seguridad según un mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU) o de la Unión Europea.

Al mismo tiempo, la modificación de la ley impide participar en dichas operaciones de paz a militares de países implicados en una agresión contra Ucrania, en clara alusión a Rusia, que nunca aceptará la presencia de cascos azules en el vecino país, léase soldados de la OTAN, sin la respectiva encomienda de la ONU y también con efectivos rusos.

Ciertamente, desde hace semanas, instructores de Estados Unidos, Gran Bretaña y Polonia entrenan a soldados ucranios en el oeste del vecino país eslavo, aunque no cumplen funciones de fuerza de interposición, como ahora se pretende.

El Kremlin no tardó en responder con otro gesto, igual de hipotético. El vocero presidencial, Dimitri Peskov, recordó hoy que el mandatario ruso, Vladimir Putin tiene el derecho constitucional de usar las fuerzas armadas fuera de las fronteras del país. Puede hacerlo en cualquier momento, subrayó.

No quedó claro si la ya convocada reunión extraordinaria del Consejo de la Federación o Senado de Rusia tiene como finalidad autorizar a Putin a ejercer ese derecho, trámite que establece la Constitución y que se lleva a cabo más bien como amenaza, pues en caso de que, por poner un ejemplo, Rusia fuera agredida, no hace falta ningún permiso de los legisladores para activar los sistemas de defensa nuclear. Pronto se sabrá para qué se pidió a los senadores posponer el comienzo de su receso estival.

Mientras tanto, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, al presentar hoy su informe anual ante los diputados de la Rada y en relación con los combates de ayer cerca de Donietsk, lanzó duras acusaciones contra Rusia: Existe una amenaza colosal de que se reanuden las acciones militares a gran escala de los grupos terroristas rusos. El ejército ucranio debe estar preparado para hacer frente a una nueva ofensiva del enemigo. Catorce batallones tácticos rusos, integrados por más de 9 mil efectivos permanecen en nuestro territorio.

Rusia, que siempre ha negado que tenga tropas regulares en Ucrania, reviró por medio de su canciller, Serguei Lavrov, al intervenir este jueves en la conferencia de seguridad regional de la Organización de Cooperación de Shanghai: los acuerdos de Minsk se encuentran bajo amenaza constante de ruptura por el comportamiento de las autoridades de Kiev, que intentan eludir su obligación de establecer un diálogo directo con Donbass (región de la cuenca del río Don, en el este de Ucrania, donde se encuentran los territorios bajo control de los separatistas).

Para Lavrov, Kiev pretende someter a su voluntad el destino de pueblos enteros, en referencia a los habitantes de origen ruso de la zona rebelde en Donietsk y Lugansk, y causar con ello una grave crisis interior en Ucrania.