Lenin es derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste). Desde 1995 le diagnosticaron hemoglobinuria paroxística nocturna, enfermedad rara para la que existe un medicamento que la controla y está disponible en el instituto. Aunque durante meses ha solicitado que se le surta esa terapia, no ha recibido respuesta.

Lo grave es que está en riesgo de sufrir una o varias complicaciones graves, como trombosis venosa profunda o tromboembolia pulmonar, advierte la queja que la organización civil Salud, Derechos y Justicia ingresó ayer al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

La hemoglobinuria paroxística nocturna se origina por una mutación genética que altera el ciclo de producción de varias proteínas involucradas en la circu­lación sanguínea.

La agrupación civil solicitó a Conapred que emita medidas cautelares a fin de revertir la discriminación por condición de salud en contra del afectado y exigir al Issste que atienda la petición de atención médica, sobre todo, dijo, porque la vida de Lenin está en riesgo.

El oficio que suscribe Luis Adrián Quiroz, presidente de la organización civil, refiere que en repetidas ocasiones el derechohabiente ha insistido ante las autoridades del hospital que le corresponde a fin de que le proporcionen el tratamiento. La única respuesta que recibe es que el trámite está en proceso de autorización.

Sin embargo, recordó el activista, el medicamento está incluido en el Programa de Enfermedades Huérfanas del Issste, el cual es coordinado por la Subdirección de Regulación y Atención Hospitalaria. Por ello, resulta inexplicable que la petición no haya sido atendida, señaló Quiroz.

Advirtió que la salud del afectado se deteriora más cada día y que la denuncia ante Conapred se debe a que en el hospital le volvieron a negar la medicina con el argumento de que es de alto costo y en el Issste hay recorte presupuestal.

Salud, Derechos y Justicia tiene información de que en el Issste se atienden por lo menos seis personas con la misma enfermedad y se les proporciona el tratamiento, por lo que no existe razón alguna para que a Lenin se lo nieguen.