La violencia aún perturba a la educación, señala en foro mundial
Sábado 30 de mayo de 2015, p. 7
Con un llamado a construir una educación de calidad, con equidad e incluyente, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) suscribió la Declaración de Incheon, en que reconoce que las crisis, la violencia y los ataques a las instituciones de enseñanza, así como los desastres naturales y pandemias siguen perturbando la educación y el desarrollo a escala mundial
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Tras concluir los trabajos del Foro Mundial sobre la Educación, realizado del 19 al 22 de mayo en Incheon, Corea del Sur, con representantes de más de 130 países, el organismo multinacional dio a conocer la declaratoria final, donde se establecen las metas educativas globales hasta 2030.
Las naciones asistentes reconocen que el éxito de la agenda 2030, que incluye fortalecer una educación de calidad, con acceso para todos y con una visión humanista, requiere de políticas sólidas y de planificación, así como de un fuerte compromiso de los gobiernos por enfrentar las condiciones de riesgo que siguen afectando los procesos educativos.
Entre los riesgos destaca la violencia. Uno de los compromisos incluidos en dicha declaración es que los estados deberán garantizar espacios educativos seguros, con sistemas más inclusivos y sensibles a las necesidades formativas de niños, jóvenes y adultos, lo que debe abarcar a los grupos más vulnerables, como migrantes, desplazados y refugiados.
Sobre el financiamiento a la educación, se propuso que haya una inversión mínima deseable de 4 a 6 por ciento del producto interno bruto de cada país, y al menos y se destine de 15 a 20 por ciento del gasto público
a las tareas de enseñanza.
Se propone también crear un plan de coordinación global, encabezado por la Unesco, que permita alcanzar los objetivos planteados, entre los que se contemplan mayores mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en el gasto del sector, así como una mejora en los instrumentos aplicados para evaluar el aprendizaje y los resultados de los sistemas educativos.
La declaración también plantea como meta que haya nueve años de escolaridad mínima obligatoria, así como un año de preprimaria, y mayor atención al desarrollo de la primera etapa.
En cuanto a los profesores, los países reunidos en Corea del Sur acordaron fortalecer su preparación, y con ello, su autonomía en la toma de decisiones, pero también señalan que deben estar debidamente contratados, entrenados, motivados y con recursos suficientes para llevar a cabo su tarea.
La formación continua y de calidad es otro de los retos planteados de cara a 2030, a fin de que sea una oportunidad educativa abierta a todos, con una alta calidad técnica y profesional.