Tarjeta roja para el ex titular de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF), José Maria Marin, enemigo de la presidenta Dilma Rousseff y colaborador de la dictadura militar detenido en Suiza junto con otros jerarcas de la FIFA. El escándalo sacudió al Parlamento brasileño, donde el ex crack Romario formó una comisión para investigar la trama mafiosa en la que estaría el actual jefe de la CBF y salpicaría a la cadena Globo.

Creo que toda investigación sobre este tema es muy importante, pero si hay que investigar, que se haga en todas las copas del mundo, sostuvo Rousseff antes de que el ministerio de Justicia anunciara los primeros contactos con funcionarios estadunidenses.

Como parte de esa disposición de desmantelar la telaraña formada por dirigentes futbolísticos, empresarios y políticos, el gobierno allanó la sede de la CBF en Rio de Janeiro: un edificio caro, recién construido, en cuyo frente lucía el nombre de José Maria Marin en letras metálicas, que fueron retiradas el miércoles.

De ese modo, la mandataria demostró que desde el Palacio del Planalto, sede gubernamental, no existe ninguna complicidad con el imputado Marin ni con la CBF, ambos históricamente habituados a recibir favores del Estado.

Antecedentes corruptos

A Marin, quien también comandó el comité organizador de la Copa del Mundo de 2014, se le acusa de haber cobrado millones de dólares de sobornos, parte de los cuales procedían de la empresa de marketing Traffic, antigua socia del multimedios Globo, que domina el mercado de noticias y entretenimientos brasileño, como Televisa lo hace en México. O peor, porque en este país no existe competencia de mercado equiparable a Tv Azteca.

Rousseff, prisionera política durante el régimen militar, nunca demostró tener alguna simpatía por Marin, una persona seriamente comprometida con la represión en los años 70, declaró ayer a La Jornada la senadora Lídice da Mata, poco después de firmar el pedido para la creación de la Comisión Parlamentaria de Investigaciones (CPI) sobre los negocios sucios del futbol.

Marín había asumido la conducción de la CBF inesperadamente en marzo de 2012, sucediendo a Ricardo Teixeira, obligado a dejar el cargo cuando tomaron estado público las pruebas sobre los sobornos que cobró junto a su antiguo suegro Joao Havelange, capo de la FIFA entre 1974 y 1998.

La senadora Da Mata recuerda que a Dilma ya le resultaba poco agradable tener que reunirse con Texeira y Joseph Blatter, pero lo más indigesto seguramente era tener que recibir a Marin.

La ex guerrillera Rousseff hizo saber, a través de sus colaboradores en el Palacio del Planalto el desprecio que le causaba el hombre que controlaba las riendas del futbol luego de haber prestado servicios al gobierno de facto, donde se desempeñó como gobernador del estado de Sao Paulo, el más rico y poblado del país.

No sólo eso. Dilma nunca olvidó la “complicidad por todos conocida que tuvo Marin con el asesinato del periodista Vladimir Herzog –ligado al Partido Comunista– y otras muertes, torturas y detenciones”, agrega Da Mata .

A fines de 1975, días antes de la ejecución de Herzog, Marin pronunció un discurso incitando a los órganos represivos a eliminar a los opositores y en 1976 expresó sus felicitaciones al comisario a cargo de la policía política paulista.

Debido a este precedente, en 2013 la familia de Herzog impulsó, junto a Romario, un petitorio para que Marin fuera despedido del Comité Organizador de la Copa. El petitorio recogió más de 60 mil firmas, incluyendo las de intelectuales y artistas, como Chico Buarque, pero no logró derribar a Marin.

Para la presidenta brasileña la aprehensión llevada a cabo por la policía suiza el pasado miércoles es un espaldarazo que la fortalece en su duelo con los cartolas (viejos caciques del futbol) contrarios a cualquier reforma que amenace su poder en la CBF.

El Senado brasileño creará una comisión parlamentaria para investigar los negocios sucios en el deporte. En la imagen, José Maria Marin, ex dirigente de la CBFFoto Reuters

El actual mandamás de la CBF, Marco Polo del Nero, integra esa cofradía casi siciliana de la que eran parte José Maria Marin, Joao Havelange y Ricardo Teixeira, quien durante un par de años se exilió en Miami, temeroso de que se abriera algún proceso judicial en Brasil, algo que nunca ocurrió.

Romario y Maradona

En su cruzada contra la vieja dirigencia, Dilma cuenta con el apoyo de la agrupación Sentido Común, integrada por jugadores profesionales que quieren un cambio en las estructuras obsoletas del futbol; quieren que haya transparencia, así como cambio de dirigentes, que los clubes rindan cuentas de lo que hacen con los cuantiosos fondos aportados por el Estado, explicó Lídice Da Mata, líder del bloque de senadores del Partido Socialista Brasileño, al cual pertenece Romario.

El miércoles por la noche, horas después del arresto de los dirigentes en Zurich, el vertiginoso Romario recogió 52 firmas (se necesitan 27) para la formación de la CPI, que fue formalmente creada el jueves.

“La presencia de Romario en el Congreso ha sido muy positiva, él fue un ídolo del pueblo brasileño, un crack muy respetado. El está ejerciendo su mandato parlamentario con seriedad denunciando lo que ocurre en el futbol. Esta tarea había comenzado hace un par de años cuando desde su banca en la Cámara de Diputados acusó Marin y a Blatter”, cita Da Mata durante su diálogo con este diario.

Romario, campeón mundial en 1994 en Estados Unidos, y Diego Maradona, coronado en México 1986, dejaron de lado la rivalidad entre brasileños y argentinos en 2013 para encabezar un encuentro internacional por la reforma de las instituciones futbolísticas.

Ambos, Romario y Maradona, volieron a manifestar opiniones similares contra la FIFA esta semana, poco después de conocerse la razzia policial en el hotel de Zurich donde fueron detenidos José Maria Marin y otros convidados al Congreso armado para la relección de Joseph Blatter.

Considero muy importante que grandes ex jugadores, como Romario y Maradona, se pronuncien sobre la FIFA, porque esto ayuda a esclarecer al gran público que tiene confianza en sus ídolos, observó Da Mata para quien los hechos de esta semana tal vez sean el comienzo de un proceso que puede traer más novedades.

Complicidades actuales

La parlamentaria entiende que si se continúa con las averiguaciones no hay que descartar que se encuentren cosas que le compliquen la vida a Marco Polo del Nero, porque él no es ajeno al grupo que manejó el futbol todos estos años. Del Nero era vicepresidente de la CBF cuando Marin era presidente, cargo que dejó en abril de este año.

Por lo pronto, la CPI del Senado brasileño contará con documentos propios para desarmar el entramado de mordidas y contratos anómalos urdido durante décadas.

En Brasil no esperan que, en el corto plazo, lleguen informaciones sensibles desde Estados Unidos donde el proceso está amparado bajo el secreto de sumario.

Aún así ya se sabe que una de las fuentes que abastecieron de información valiosa a los procuradores estadunidenses fue el empresario brasileño José Hawilla, propietario de la agencia Traffic, poseedora de los derechos de transmisión de varios eventos futbolísticos internacionales.

Ex empleado de la TV Globo, Hawilla amasó una fortuna con la agencia Traffic, que además de actuar en el mercado televisivo también compra y vende jugadores, cuya cotización aumenta cuando son convocados para defender la camisa verdeamarilla de la selección nacional.

Todos estos manejos de Hawilla posiblemente van a despertar la curiosidad de la CPI, así como los eventuales negocios de Globo. Yo no puedo acusar a nadie sin pruebas, sólo señalar que considero posible que algún legislador quiera saber más sobre Globo, deslizó la senadora Da Mata.