Editan en México el libro del fotógrafo Christophe von Hohenberg
Captó a personajes y sitios que en esa época marcaron tendencia
En una galería de Polanco se exhiben 25 fotografías del artista
Sábado 30 de mayo de 2015, p. 9
La forma de vivir de ciertas elites neoyorquinas en la década de los 80 está plenamente documentada por Christophe von Hohenberg, conocido fotógrafo que plasmó el hedonismo de esa época en un libro editado en México por Trilce Ediciones, que lleva por título Another planet, en referencia a la nada convencial vida que se dio en aquellos lares.
Modelos, artistas, músicos, literatos, indigentes, financieros, drogadictos, una mezcla de esa peculiar fauna que hizo del downtown de la llamada Urbe de Hierro no sólo un lugar, sino un estilo de vida.
Von Hohenberg o Chris, como prefiere ser llamado, fue protagonista de ese vivir, en sus peregrinajes nocturnos por todo ese submundo, que incluía al conocido Studio 54, donde no pocas veces llovió sobre su amplia pista de baile un codiciado polvillo blanco ante el asombro –y luego regocijo– de la numerosa y feliz concurrencia; al hotel Chelsea, guarida de todo tipo de especímenes; a pomadosos comederos, y a la Danceteria, espacio que vio nacer a la entonces incipiente Madonna.
El libro fue presentado a la par de la apertura de una muestra de los trabajos de este fotógrafo-retratista en Patricia Conde Galería (Lafontaine 73, Polanco), donde por un tiempo breve se exhibirán 25 imágenes, entre las que destacan la de las exequias de Andy Warhol, todo un referente de esa época, en la catedral de San Patricio, en 1987, y las espléndidas fotos que hizo Chris de desnudos femeninos, en las que también aparece su perico Wookie.
Chris nació en Nueva York. Hijo de padre alemán y madre francesa y, a pesar de que reparte su tiempo entre su ciudad natal y el Distrito Federal, ésta es su primera exposición en la capital del país.
Ha trabajado para innumerables publicaciones, estadunidenses y europeas, principalmente, y, de acuerdo con lo dicho por Déborah Holtz, su editora en esta ocasión, es todo un orgullo que un libro que retrata la vida de esa especie de cofradía neoyorquina se publique en México.
“Those were the days (esos fueron los días)”, expresa Chris sobre la vida de desenfreno que se vivió, cuando a su estudio de la Lexington Avenue llegaba todo tipo de personajes creativos que marcaron las nuevas tendencias del arte, cuando algunos abandonados edificios del SoHo fueron refugio para los desamparados.
Fue un época divertida y decadente, quizá, cuando la permisividad, esa palabra ahora en tiempos sanitarios proscrita, reinaba.