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El Pentágono asegura que los combates continúan y pone en duda la proclama yihadista

El EI dice tener el control de Ramadi tras ofensiva que deja 500 muertos

Fuerzas leales al presidente sirio Bashar Assad expulsan al Estado Islámico de Palmira

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En días recientes yihadistas del Estado Islámico intensificaron los ataques en la ciudad iraquí de Ramadi, con lo que afianzaron el control de la región occidental de IrakFoto Reuters
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Humareda en Erbeen, suburbio de Damasco, luego de un ataque aéreo lanzado ayer por las fuerzas leales al presidente sirio, Bahsar Assad, según versión de activistasFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de mayo de 2015, p. 21

Bagdad.

El grupo Estado Islámico (EI) afirmó este domingo haber tomado el control total de la ciudad iraquí de Ramadi, en una ofensiva en la que murieron unas 500 personas en los últimos dos días, con lo que los milicianos afianzaron su control en la región occidental de Irak, informaron autoridades locales.

Estados Unidos –que desde agosto pasado comenzó a bombardear posiciones del EI en Irak y luego en Siria– puso en duda la toma de Ramadi. Rechazamos la proclamada toma de Ramadi por el EI, declaró el vocero del Pentágono, Maureen Schumann, y añadió que continúan los intensos combates. Autoridades iraquíes admitieron horas antes importantes avances del EI en Ramadi.

En Siria, las fuerzas leales al presidente Bashar Assad expulsaron a los milicianos del EI de la ciudad histórica de Palmira, a la cual ingresaron el sábado; los combates ahí han dejado poco más de 300 muertos del miércoles a este domingo, así como miles de personas que huyen de la zona de conflicto, de acuerdo con reportes del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.

Dios ha permitido que los soldados del califato limpien todo Ramadi, aseguró el EI en un comunicado divulgado en foros yihadistas en Internet.

El grupo, que proclamó un califato en amplias zonas de Irak y Siria, dijo que sus combatientes controlan Ramadi con los batallones de tanques y lanzamisiles que se encontraban ahí, al igual que el centro de mando de operaciones de la provincia de Al Anbar.

La toma de Ramadi, cien kilómetros al oeste de esta capital, ocurrió luego de dos días de combates.

Horas antes, fuentes oficiales iraquíes reconocieron que el EI capturó el cuartel general de las fuerzas de seguridad en Ramadi, capital provincial de Al Anbar. Un integrante del consejo provincial, Athal Fahdawi, describió la situación en Ramadi como colapso total.

El centro de operaciones en la provincia de Al Anbar fue abandonado por las fuerzas de seguridad, admitió Muhanad Haimur, portavoz y consejero del gobernador de la provincia.

Haimur explicó que durante la ofensiva al menos unas 500 personas murieron, entre civiles y fuerzas de seguridad, si bien precisó que aún no había una cifra definitiva.

El primer ministro iraquí, Haider Abadi, ordenó este domingo a los soldados, a sus aliados tribales y a las fuerzas de élite que mantengan sus posiciones para evitar que Daesh (acrónimo del EI en árabe) controle otras regiones. También aseguró que las tropas terrestres tendrían un apoyo aéreo continuo a la espera de otras fuerzas de apoyo y de combatientes de las unidades de movilización popular, grupos armados principalmente chiítas.

Al Anbar es la provincia más grande de Irak y una de las pocas que han permanecido bajo control del gobierno de Bagdad, en el enorme terreno desértico que limita con Arabia Saudita, Siria y Jordania.

En Palmira, después de violentos combates con el ejército sirio, el EI se retiró de la mayoría de los barrios del norte de la ciudad, menos de 24 horas después de haberse apoderado de esa zona, informó el OSDH. Agregó que los combates continuaban en la periferia norte de Amiriya entre fuerzas leales (a Assad) y los yihadistas.

El gobernador de Homs, provincia de la que forma parte Palmira, indicó que el ataque del EI en el norte de la ciudad había sido abortado.

Entre el miércoles y el domingo, la batalla de Palmira se saldó con al menos 315 muertes, de acuerdo con el OSDH, que cuenta con una amplia red de informadores en Siria y reporta desde Londres. Entre ellos, habría 123 soldados y milicianos pro gubernamentales, 135 combatientes del EI y 57 civiles, de los cuales decenas fueron ejecutados por el grupo extremista.

Pese a la retirada, la amenaza sigue presente, ya que los insurgentes rodean prácticamente toda la ciudad y se encuentran a un kilómetro del sitio arqueológico de Palmira, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El director de antigüedades y de los museos sirios, Mamun Abdelkarim, teme que Palmira corra la misma suerte que los sitios arqueológicos del norte de Irak, como Nimrod y Hatra, dañados o destruidos por el EI.

El EI también sufrió un revés el viernes en el este de Siria, cuando aviones y fuerzas especiales estadunidenses mataron a Abu Sayaf, jefe de la organización extremista, así como a 32 milicianos de la organización, incluidos otros tres líderes yihadistas.

Ese ataque estadunidense ocurrió en la provincia oriental siria de Deir Zour, cerca del campo petrolero de Omar. Se trata de la primera incursión terrestre que Estados Unidos reconoce que ha realizado dentro de Siria, a cuyo gobierno de Assad se opone.

En otro frente, la coalición árabe encabezada por Arabia Saudita lanzó el domingo por la noche dos ataques aéreos contra posiciones rebeldes chiítas en Adén, en el sur de Yemen, una hora después de haber expirado una tregua humanitaria de cinco días, dijeron testigos y fuentes militares.