La protagonista de esta historia, Sophie Duguet, tiene su vida hecha un revoltijo, pues una tragedia horrible y secreta destrozó sus asideros.

Inmersa en la locura durante años tiene la sensación de estar en un tobogán.

Es fumadora empedernida y Léo, hijo del matrimonio Gervais, es una de sus víctimas mortales. Habrá más.

Sophie ya no es nadie, sólo una fugitiva, alguien muerto de miedo que vive como un animal, pensando sólo en la supervivencia, que es lo opuesto a la vida, relata Pierre Lemaitre (París, 1951) en su novela Vestido de novia.

El escritor francés fue reconocido con el Premio Goncourt 2013, por su libro Nos vemos allá arriba.

Ella es una criminal, también asesinó a Véronique Fabre. Enfrentó dos duelos sucesivos marcados por el suicidio: primero la muerte de su madre, de cáncer, después el deceso de Vincent, su marido, quien quedó paralítico a raíz de un accidente automovilístico, y con todo y silla de ruedas se lanzó desde un segundo piso.

Agobiada por el miedo y la soledad, Sophie se transmuta en Marianne Leblanc y por temor de irse al otro barrio perpetra el homicidio de Frantz, su compañero, cuyo leitmotiv es la venganza por la muerte de su madre Sarah, quien con su vestido de novia se tiró por la ventana de un quinto piso y murió en el acto.

Frantz, con un cuerpo demasiado voluminoso, pasa de cazador a cazado y sucumbe ante la ingestión doble de una dosis letal de barbitúricos disueltos en el agua que bebió.

Con el vestido de novia puesto, de pie en el balcón de un quinto piso, salta la barandilla y cuelga en el vacío. Masculla el nombre de Sophie y, como si estuviera en un trampolín, se arroja.

La hora de acabar con todo había llegado para Sophie Duguet, quien asegura a su padre: No estoy loca.

(Pierre Lemaitre,

Vestido de novia,

Editorial Alfaguara.

Traducción: María Teresa

Gallego Urrutia y

Amaya García Gallego,

México, 2014, pp. 291.

Precio de lista: 249 pesos)

Texto: Ángel Bernal

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