José Luis Ávila no cree que su esposa, Nestora Salgado, aguante mucho la situación que está viviendo en la cárcel. A la salud precaria de la coordinadora de la Policía Comunitaria de Olinalá, su marido considera que hay que sumarle los dos años que lleva mal alimentada en el penal y la falta de atención médica especializada que requiere.

Ávila participó ayer, vía telefónica, en una conferencia de prensa celebrada en la ciudad de México. Expresó que tras 10 días en huelga de hambre, dos años de encarcelamiento en un penal federal y los nulos avances que hay en el proceso judicial que se le sigue a su esposa, ella y su familia están en una situación desesperante. No creemos que nos aguante mucho, sostuvo.

Hasta las últimas consecuencias

Agradeció a quienes han manifestado su apoyo a Nestora Salgado y reiteró lo que ha expresado desde que el 5 de mayo su esposa dejó de ingerir alimentos: Ella no está dispuesta a permitir que sigan violando sus derechos. Sigue muy firme en su decisión de llegar hasta las últimas consecuencias, aunque en esto le vaya la vida.

En la misma conferencia, la Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional hizo un llamado a Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, para que cumpla con las medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para liberar a la luchadora social, así como para que se le brinde asistencia médica inmediata.

Prioridad para campesinos

Francisco Jiménez Pablo, dirigente de la coordinadora, indicó que para esta organización y los campesinos del país el caso de Nestora es una prioridad.

También comentó que él estuvo preso en el mismo penal en el que se encuentra Salgado, El Rincón, en Tepic, Nayarit. En ese lugar, refirió, cuando se inicia una huelga de hambre te dicen que afuera nadie te va a hacer caso y que te vas a morir ahí. Sé que está sometida a una serie de presiones sicológicas. El aislamiento al que está sometida Nestora le genera un doble desgaste, porque no sabe qué esta pasando afuera.

Jiménez Pablo advirtió que de no mostrar voluntad política el Estado, se corre el riesgo de un mayor deterioro en la salud de Salgado y poner en riesgo su vida. Así que sostuvo que es necesario que Campa Cifrián y el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda Nava, atiendan este asunto.

Señaló que en un encuentro sostenido días atrás con la coordinadora, Campa Cifrián se comprometió a atender el caso de la guerrerense. Pero hasta ahora sencillamente no lo han tomado en cuenta, indicó.