La idea de la metrópoli fundada en la eternidad, pero con una temporalidad a través de los hombres, inspiró a Vicente Quirarte un mosaico de letras que recoge en un libro, donde plasma una autobiografía de su relación con la ciudad de México, sus anécdotas, su historia y personajes que la han transitado.

El ejemplar titulado Fundada en el tiempo, que reúne una colección de poemas, crónicas y ensayos publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue presentado la tarde del miércoles en la librería Jaime García Terrés, en Ciudad Universitaria.

Donde alguna vez se ubicó la imprenta universitaria y Quirarte comenzó su labor literaria, el escritor recordó al poeta Rubén Bonifaz Nuño, a quien se debe el título del volumen, que junto al epígrafe se convirtieron en una dedicatoria en su memoria.

Ángeles González Gamio, cronista de la ciudad, y el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma acompañaron al autor en la continuación de una charla a tres voces que comenzó en 2009, en la plaza Tolsá, para escribir el libro 1554 México 2012.

Rosa Beltrán, coordinadora de Literatura de la UNAM, fue la mediadora e incitadora de la palabra de los tres conocedores del Centro Histórico, en distintas épocas. Lo interesante del libro es que va encarnando edificios con experiencia personal, enseres con usos y costumbres, los objetos son una forma de habitar el mundo.

Octavio Paz y sus lecturas de tranvía, la llegada del Hombre Araña a México, el Templo Mayor, el Calmécac, los primeros viajes en Metro, una declaración al puente de Nonoalco, la indestructible mochila de cuero de la infancia que apestaba a establo, la belleza de las plumas fuente, son temas por los que transitan los textos amables y breves de Fundada en el tiempo, que regalan facetas de la ciudad impregnadas de biografía.

Historia de amor y autorretrato

Nacido en la calle Allende, en 1954, habitante en la infancia y adolescencia del Centro Histórico, Vicente Quirarte reúne una serie de textos por el carácter heterogéneo de la urbe que ha publicado a lo largo del tiempo.

El más remoto, tal vez, es de 1997, su primer poema publicado. El libro se divide en poemas, historias y tránsitos.

Eduardo Matos Moctezuma, figura ineludible al mencionar el Templo Mayor, refirió que el título del libro evoca también una intemporalidad. Y tiene razón, puesto que la ciudad tiene antecedentes de muchos siglos atrás, cuya historia se remonta antes de Tenochtitlán o Tlatelolco, cuando había asentamientos de los primeros hombres que llegaron.

El artífice del importante sitio arqueológico adyacente a la Catedral Metropolitana citó a Quirarte: Nacer en el centro es estar en el centro de todas las cosas, sentir con mayor intensidad el transcurso del tiempo y la defensa que el núcleo urbano hace por conservar el paso de los días y mencionó que muchos de los ritos que aparecen en el libro ya no existen, pero las palabras salvaguardan el registro de lo destruido.

Una verdadera historia de amor de Quirarte con la ciudad de México y un autorretrato es como Ángeles González Gamio identificó a Fundada en el tiempo. Desencuentros, momentos felices, pesares, hasta una mirada erótica, es la relación íntima con esta urbe, memorias y vivencias que lleva en la sangre, señaló la colaboradora de La Jornada.