Bujumbura.

El gobierno de Burundi afirmó este jueves que estaba controlando la situación y que el presidente Pierre Nkurunziza había regresado a a este país africano procedente de Tanzania, donde se hallaba cuando se produjo el miércoles un intento de golpe de Estado en su contra. Pero el clima seguía siendo de confusión, cuando aún se escuchaban disparos en las calles.

El número dos del movimiento golpista, general Cyrille Ndayirukiye, reconoció por la noche que el intento de derrocar al gobierno de Nkurunziza resultó fallido.

Personalmente, lo reconozco, nuestro movimiento fracasó, declaró a la Afp. Nos encontramos ante una gran determinación militar para apoyar al sistema en el poder, añadió.

El presidente Pierre Nkurunziza está ahora en Burundi afirmó su principal consejero de comunicación, Willy Nyamitwe. Es todo lo que podemos decir por ahora por motivos de seguridad, apuntó. Aunque, horas antes los informes señalaban que el mandatario tenía problemas para retornar a su país ya que los golpistas habían cerrado las fronteras y el aeropuerto de la capital.

Nkurunziza criticó más tarde a los militares que 24 horas antes, aprovechando su ausencia, habían anunciado un golpe contra su gobierno y los convidó a que depusieran las armas.

Condeno a ese grupo de golpistas. Doy las gracias a los soldados que están poniendo las cosas en orden, y perdonaré a cualquier soldado que decida rendirse, declaró el mandatario en un mensaje radial entrecortado ante los ataques de los sublevados que intentaban tomar el edificio de la radio televisión nacional pública (RTNB).

Minutos después la emisora transmitió un comunicado en el que aseveraba que la estación sigue en manos de fuerzas leales al mandatario, quien había viajado a Tanzania a una cumbre de emergencia de la Comunidad de África Oriental.

Estuvimos sin emitir varios minutos por los enfrentamientos. Ya terminaron y ahora retomamos nuestra transmisión, indicó la emisora, que estuvo desde un principio bajo protección de contingentes de soldados afines al gobierno.

Otros informes noticiosos señalaron que a través de las redes sociales Nukurunziza también llamó a la población a mantenerse en calma y afirmó que la situación está bajo control.

El intento golpista, que de momento sólo había causado tres soldados muertos, era encabezado por el general Godefroid Niyombare. Afirmó que él no pretendía tomar el poder, sino formar un comité para la restauración de la armonía nacional y trabajar para la reanudación del proceso electoral en un ambiente pacífico y justo.

La víspera había asegurado que el ejército había tomado el poder, cuyo anuncio hizo que miles de personas salieran a las calles a celebrar mientras se desataban los enfrentamientos.

Niyombare era el jefe del servicio de inteligencia, pero fue destituido en febrero luego de criticar la intención del presidente de presentarse a un tercer mandato en las elecciones del 26 de junio pese a que la Constitución lo prohíbe.

El intento de golpe tuvo lugar tras semanas de protestas contra la intención del presidente de conquistar un tercer mandato. Activistas de derechos humanos denunciaron que hay más de 20 muertos desde que comenzaron las manifestaciones.

Estados Unidos indicó que Nkurunziza es el presidente legítimo de Burundi, e invitó a los burundeses a deponer las armas, poner fin a la violencia y dar muestras de moderación, mientras que la Unión Europea advirtió que era esencial que la situación no quede fuera de control.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado urgente a la calma, mientras que el Consejo de Seguridad informó que mantendría una reunión de emergencia el jueves.

El Consejo de paz y seguridad de la Unión Africana (UA) condenó la utilización de la fuerza para tomar el poder y anunció el envío al país de observadores de los derechos humanos.