Koh Lipe, Tailandia.

Miles de emigrantes de Myanmar y Bangladesh se encontraban este jueves a la deriva en el mar del sudeste asiático luego que los gobiernos de la región rechazaron hacerse cargo de las embarcaciones, ignorando los llamamientos a rescatarlos.

Por favor, ¡ayúdennos!, suplicaban los ocupantes de un barco en el que viajan 300 emigrantes rohingyas (minoría musulmana considerada por la Orga- nización de Naciones Unidas, ONU una de las más perseguidas del mundo) cerca de las costas tailandesas, constató la Afp a bordo de un barco que pudo acercarse hasta la embarcación.

Cerca de 2 mil personas han llegado en los últimos días hasta las costas malasias e indonesias, pero ambos países, que dicen temer la llegada de numerosas personas, rechazan todos los barcos de migrantes. Desde hace varios días, las organizaciones internacionales afirman que miles de migrantes se encuentran en peligro en el mar, abandonados por los traficantes de personas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a los países implicados a no dar la espalda a los migrantes, y dijo que el rescate en el mar es una obligación internacional.

Los marinos tailandeses, malasios e indonesios deberían dejar de jugar al ping-pong humano y trabajar juntos para salvar a quienes están a bordo de esos funestos barcos, consideró Phil Robertson, director adjunto de Human Rights Watch en Asia.

En el Mediterráneo al menos 870 migrantes fueron rescatados en distintas misiones en las que intervinieron buques del ejército alemán, de la guardia costera italiana y de la Misión de Ayuda a los Inmigrantes en el mar, informaron los rescatistas.