Condóminos de 22 desarrollos inmobiliarios, que agrupan a cerca de 5 mil 500 departamentos ubicados en las colonias Granada y Anáhuac, en la zona conocida como Nuevo Polanco o el Manhattan mexicano, se constituyeron en una asociación civil para exigir el reordenamiento de este polígono ante un eventual colapso en la movilidad y los servicios urbanos.

Sergio Huertos Zamora y Silvia Salcedo, presidente e integrante de la Asociación de Condominios del Polígono Granada- Anáhuac, señalaron que el gobierno capitalino decidió sustituir el plan maestro de la colonia Granada para el reordenamiento por el sistema de actuación por cooperación, el que prevé crear un fideicomiso con la participación de la iniciativa privada y distintas dependencias capitalinas, encabezadas por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, del cual se deja fuera a los residentes.

Huertos Zamora explicó que con el decreto para constituir el sistema de actuación por cooperación, emitido a finales de abril, las autoridades evitaron solicitar el aval de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y organizar una consulta ciudadana, a lo que estarían obligados con el plan maestro.

Esto es preocupante porque somos los vecinos los que padecemos los problemas de este auge inmobiliario, por lo que pedimos que se haga una consulta, que seamos tomados en cuenta y participemos en el fideicomiso y en la toma de decisiones, indicó, al señalar que no están en contra del desarrollo, pero que éste se haga de manera ordenada.

Silvia Salcedo detalló que están en proceso de construcción más de 60 torres de distintos tamaños, una de ellas la de Bancomer, ubicada sobre Mariano Escobedo y Laguna de Mayrán, que traerá todos los días a 3 mil 500 empleados bancarios a este sitio, donde ya existe un nudo vial.

Hay una población flotante que viene principalmente del estado de México a trabajar en las oficinas, que representa 50 por ciento de los residentes. Si no tenemos las vías adecuadas vamos a tener un colapso, externó, al señalar que otros servicios, como seguridad, drenaje, energía eléctrica y agua, en el futuro también podrían convertirse en un problema.

En el sistema de actuación por cooperación –agregó Sergio Huertos– un porcentaje del valor de las construcciones se irá al fideicomiso, que deberá realizar obras de mitigación en el polígono, pero ¿quién va a garantizar que haya transparencia en el manejo de los recursos y que los proyectos se realicen aquí?”