El escritor neoyorquino radicado en México Morris Berman (1944) reconoce que Convertir la paja en oro (Sexto Piso, 2015) es un libro atípico en su producción literaria. Aparte de una novela y un poemario, la mayoría de sus 12 títulos le llevaron años de investigación, contienen 40 o 50 páginas de pies de página, se construyeron con cuidado, tardaron años en escribirse y son de historia cultural o análisis y crítica social.

En cambio, Spinning straw into gold (su título original en inglés) le llevó 24 horas, claro, después pasó tres meses editándolo. Pero, básicamente fue encausado; como que algún espíritu se metió en mi cabeza, luego se apoderó de mi mano y simplemente escribí, expresa Berman en entrevista. Reconoce que se levantó de su silla tres o cuarto veces para ir al baño.

Ni Berman se lo cree: ¿Quién escribe un libro en 24 horas? Para mí fue una especie de milagro: sucedió nada más. Obviamente, los temas tocados habían estado en mi mente desde hace mucho tiempo y de repente salieron. Quise abordar los problemas que los individuos tienen en nuestra sociedad y qué pueden hacer al respecto.

De inmediato apunta: Si hay sabiduría en este libro, no viene de mi persona, sino de algún otro lugar. No soy creyente, no creo en dios, etcétera.

Convertir la paja en oro, ilustrado por Jorge Tanamachi, es una meditación filosófica personal, integrada por 17 viñetas. Versa sobre en qué medida los problemas de la sociedad se vuelven del sique individual y cómo los tenemos que resolver. Berman señala a un joven ocupado con su celular, en el café donde sucede la entrevista: “Es un schmuck (tonto) y no lo sabe; le tengo lástima.

A la gente joven le parece emocionante, pero no se da cuenta que esa cosa te aparta de relaciones personales, de la naturaleza y destruye tu comunidad. Lo mejor sería tirarlo por el escusado, pero entonces todo el mundo tendría que hacerlo. Este libro trata lo que sucede con el alma individual y las decisiones que tenemos que tomar acerca de nuestras vidas. Son problemas que vienen de la sociedad, no de Marte.

El libro, que no es de auto-ayuda, podría sonar pesimista, pero Berman lo ve optimista: “Hay preocupación, pero una de las ideas centrales consiste en que es posible romper con la narrativa que te tiene agarrado, que en gran medida viene de la sociedad, son sandeces y si uno sigue por ese camino, a la hora de morir te darás cuenta de que has desperdiciado tu vida.

“Lo que sugiero es despertar, romper con la narrativa y volverse transparente con uno mismo. Tienes que darte cuenta de los juegos que la sociedad emprende para que no vivas tu vida. No soy el primer escritor en decir esto. Tolstoi escribió el cuento corto La muerte de Iván Ilich, que trata los últimos tres días de su vida. Iván está encamado pensando cómo lo desperdició, porque vivía para las narrativas de los demás. Por lo menos tuvo tres días para darse cuenta.”

Berman llegó a México hace ocho años y medio, para escaparse de Estados Unidos y del constante bombardeo de ruido comercial. México le aportó la tranquilidad necesaria para escribir. Durante una estancia de siete años en Guanajuato produjo seis libros.