Miércoles 15 de abril de 2015, p. 2
Viena.
El cometa 67P, la polvorienta bola de nieve perseguida por la sonda europea Rosetta, que resultó ser un cuerpo celeste en forma de pato, de olor extraño y voz misteriosa, no deja de asombrar a los científicos.
Este martes revelaron su nuevo secreto: su núcleo carece de magnetismo. El hallazgo puede invalidar la teoría dominante sobre la formación de los cometas y otros cuerpos celestes del sistema solar, dijo el científico de la misión espacial, Hans-Ulrich Auster.
Si el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko es representativo de todos los núcleos de los cometas, entonces las fuerzas magnéticas no desempeñaron un papel en la acumulación de bloques planetarios superiores a un metro de tamaño
, agregó.
El hallazgo fue publicado en la revista Science y presentado simultáneamente en la asamblea general de la Unión Europea de Geociencias.
Se basó en datos enviados a la Tierra a través de Rosetta por su robot Philae, que en noviembre pasado se posó en la superficie del cometa.
El aterrizaje
no fue como se esperaba, ya que el robot, del tamaño de un refrigerador y repleto de instrumentos científicos, rebotó dos veces antes de posarse en un lugar de relieve accidentado, aunque el percance terminó siendo en cierta medida beneficioso desde el punto de vista científico.
El robot, que pesa cien kilos en la Tierra y menos que una pluma en el cometa, quedó posado tras rebotar en un lugar de escasa exposición a los rayos del Sol.
Esa compleja trayectoria resultó beneficiosa desde un punto de vista científico para el ROMAP
, indicó la Agencia Espacial Europea, en referencia al magnetómetro de la misión espacial.
“El rebote inesperado sobre la superficie hizo que recabáramos mediciones precisas del campo magnético con Philae” en los puntos que tocó, explicó Auster, aunque admitió que el suyo fue el único equipo de la misión en beneficiarse con la desventura de lo ocurrido.
En efecto, Philae sólo tenía 60 horas de autonomía para realizar experimentos y enviar los resultados a la sonda Rosetta.
Por esa razón, tras efectuar las mediciones y observaciones, el robot se quedó dormido
el 15 de noviembre.
La observación reveló que el cometa de 4 kilómetros de tamaño con extraña forma que algunos comparan a la de un pato, tiene un peculiar olor sulfuroso y emite un extraño sonido en su desplazamiento interplanetario.
Los cometas son agregados de polvo primordial y hielo que recorren una órbita elíptica alrededor del Sol. Rosetta busca revelar algunos de los secretos que encierran los cometas, considerados por los astrofísicos semillas
que hicieron llegar a la Tierra algunos de los ingredientes necesarios para que aparezca la vida.