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El hallazgo abre una ventana para indagar sobre los misterios del universo

Detectan en tiempo real primeras etapas de formación de una estrella

Se captó cuando chorros de plasma comenzaron a desprenderse de la vecindad de una joven a gran velocidad

En el equipo internacional de investigación participan miembros de la UNAM

 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de abril de 2015, p. 2

Tras casi dos décadas de observaciones con el uso de radiotelescopios que captan la radiación de ondas de radio, un grupo internacional de científicos, en el que participan investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detectó en tiempo real una región en la que está una estrella en sus primeras etapas de formación, lo que representa una ventana para dar respuesta a muchos de los misterios del universo.

Salvador Curiel Ramírez, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, detalló en entrevista que esta región fue nombrada W75N(B)-VLA2 y se expande a una velocidad cercana a los 30 kilómetros por segundo, equivalente a unos 100 mil kilómetros por hora.

En el estudio se captó una de las primeras etapas de la formación estelar, justo cuando chorros de plasma (gas a muy alta temperatura) comienzan a desprenderse desde la vecindad de una estrella joven a gran velocidad. Los resultados de la investigación se publicaron recientemente en la revista Science.

Los que también participan en el proyecto son Carlos Carrasco González, líder de la investigación e integrante del Centro de Radioastronomía y Astrofísica, y Jorge Cantó Illa, del IA y líder teórico del proyecto, del que además son parte científicos de España, Holanda, Suecia, Corea y Japón.

Observaciones casi en vivo

“Nuestras observaciones, realizadas casi ‘en vivo’, abren una nueva ventana para estudiar la evolución de los ingredientes básicos de formación estelar”, dijo Carrasco González.

No es sencillo detectar y estudiar estos procesos estelares, mucho menos cuando se trata de un astro de alta masa. Para ello se necesita tecnología de última generación.

Las estrellas tardan hasta millones de años en formarse. Estos 20 han sido sólo un segundo en la vida de la estrella, pero hallamos elementos interesantes que nos ayudarán a comprender mejor su proceso de formación, señaló Curiel.

Para este trabajo se empleó el conjunto de antenas VLA (acrónimo inglés de Very Large Array), ubicado en Nuevo México, Estados Unidos, que funciona como un gran telescopio que registra ondas de radio y es capaz de observar objetos astronómicos detrás de gruesas regiones de gas y polvo en el universo.

La región W75N(B)-VLA2 pertenece a una amplia zona de formación de estrellas de alta masa, ubicada en dirección a la constelación de Cygnus (El Cisne), a unos 4 mil 200 años luz de la Tierra.

El tamaño de la zona de plasma es de unas 200 unidades astronómicas –200 veces la distancia de la Tierra al Sol–, esto es, 2.5 veces el diámetro de la órbita de Plutón.

La estrella en formación descubierta tiene ocho veces la masa del Sol, es decir, es ocho veces más grande que éste.

Las primeras observaciones, realizadas en 1996 con el conjunto VLA, mostraron que la radiación de esa región provenía de un área compacta, casi esférica, compuesta de plasma y recubierta por algunas zonas de vapor de agua.

Al pasar de los años, los científicos detectaron la expansión de la región W75N(B)-VLA2, principalmente en dos direcciones opuestas. Las observaciones, hechas en abril de 2014, confirmaron que la zona de plasma se ha alargado y que la envoltura de gas crece a velocidades impresionantes y ha tomado una forma ovalada.

Los modelos matemáticos y las simulaciones computacionales señalan que la expansión de este material no es uniforme y se da principalmente en la dirección de los dos polos del disco. Se forma lo que los astrónomos llaman flujos moleculares bipolares.

“Todas las estrellas, incluido el Sol, lanzan plasma, compuesto principalmente de partículas como protones y electrones; es lo que llamamos ‘viento estelar’. Sin embargo, en el caso de las estrellas en formación, este último emana del disco que orbita a su alrededor. Nuestros datos confirman que dentro de W75N(B)-VLA2 hay una estrella joven y masiva cuyo ‘viento’ empuja el material que la rodea y lo lleva a velocidades sorprendentes”, refirió Curiel Ramírez.

En los próximos años, los investigadores esperan realizar más observaciones de esta y otras regiones de formación, que podrían pasar por el mismo proceso.

Curiel destacó la importancia de estos estudios: En gran medida permitirán entender de dónde provenimos, cómo se formaron el sistema solar y la Tierra, qué características tenía el disco cuando comenzaba a formarse, por qué el Sol es una estrella de baja masa.