El reportero cultural presentó en Minería Devotos del deicida: elogio a Gabriel García Márquez
Me interesa cómo los sabios de la profesión han desarrollado los géneros
, comentó
homenaje y crítica literaria a un monumento de la lenguaFoto Guillermo Sologuren
Domingo 1º de marzo de 2015, p. 4
Como un homenaje a Gabriel García Márquez (1927-2014), al periodista colombiano y al Nobel de Literatura que nunca dejó de considerarse reportero, así definió José Garza (Monterrey, 1971) su libro más reciente Devotos del deicida: elogio a Gabriel García Márquez, que se presentó este viernes en la edición 36 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Acompañado por el periodista Miguel Ángel Quemain y Elizabeth Moreno, directora editorial de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Garza compartió su interés por el periodismo, que en palabras de Gabo es el mejor oficio del mundo.
El director de publicaciones de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) se considera un reportero cultural que siempre ha mostrado interés en conocer a los clásicos del periodismo, su historia y cómo se ha desarrollado esta profesión.
Me interesa cómo los sabios de la profesión han desarrollado la crónica, la entrevista, el reportaje; realmente eso me ha llevado a su lectura y relectura. Me ha llevado a un posgrado en España simplemente con el deseo de leerlos y conocerlos; me llevó a escribir ensayos sobre varios autores del periodismo; García Márquez era inevitable.
Publicado por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Devotos del deicida: elogio a Gabriel García Márquez reúne cuatro ensayos. El primer texto analiza Noticia de un secuestro; el segundo, cuyo título es Gabo es mi dios, es una crónica sobre el taller de periodismo que el Nobel de Literatura impartió en Monterrey en 1998; el tercero es un texto sobre periodismo y literatura, y el cuarto aborda el libro Memoria de mis putas tristes, último libro que publicó el escritor colombiano.
El periodista regiomontano, quien inició su trayectoria como reportero en 1989 en periódicos como El Norte y La Jornada, explicó que su libro, el cual incluye prólogo del nicaragüense Sergio Ramírez, es un estudio de la obra periodística de García Márquez, de su procedimientos, de destripar ese gran reportaje que es Noticia de un secuestro, para conocer los recursos que empleó Gabo en su narrativa de no ficción.
Garza participó en 1998 en el taller de narrativa que organizó la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano; de esa experiencia y convivencia recuerda que Gabo despojó a los periodistas de la imposición del mercantilismo en el periodismo, al lanzar la premisa de que la mejor noticia no es la que se da primero, sino la que se da mejor.
Podría parecer un consuelo de tontos, cuando uno por la incapacidad de ganar la exclusiva, pero eso encierra un compromiso de exigencia, de investigación, de verificación y de que, precisamente, no se impongan los criterios comerciales al momento de desarrollar lo que él llamó el mejor oficio del mundo
, añadió José Garza, en el acto realizado en el salón Filomeno Mata.
Otra cosa que aprendió del autor de El amor en tiempos de cólera, dijo, fue que lo nimio puede volverse extraordinario y que se debe mirar la vida hasta en esos detalles que parecen singulares, y no perder el deseo de convertir todo lo que nos pasa en la escritura.
Para el autor de Devotos del deicida... Gabo fue la entrada a esa autopista paralela entre periodismo y literatura, en la que aparecen escritores que conducen como periodistas o periodistas que transitan como escritores.
En su intervención, Miguel Ángel Quemain mencionó algunos aspectos interesantes del libro sobre la observación, la objetividad, la honestidad y la ética en la labor periodística.
Sostuvo que la publicación, que contiene ilustraciones de Alejandro Magallanes, es el libro de un escritor y más que de un periodista, de un fabulador en torno a un fabulador que perdimos hace tiempo, pero que finalmente se convierte en un homenaje y crítica literaria a un monumento de la lengua, cuya obra periodística es sumamente importante
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