n disco muy citado en el rock mexicano es Roberto y Jaime: sesiones con Emilia. Esta producción empezó a rolar en 1980, año en que el cineasta Sergio García emprendió un proyecto singular: echar a andar el mítico Foro Tlalpan. Con los años, este trío se encontraría con Sergio en muchas ocasiones por los tortuosos caminos del rock. Han pasado 35 años y aún se reconoce el desafío que el mencionado elepé/vinil ejerció contra las tendencias tutelares del rock local de esos años, y aún permanece, como ejemplo de libertad creativa, de ahí su permanencia. Cinco canciones son autoría de Roberto González y hay una en coautoría con Jaime López. Destaca El huerto, rola que, por cierto, es interpretada colectivamente en la exitosa película Rupestres: el documental. En el historial de Roberto González destacan sus discos Lentejuelas, Flor de poder, Aquí y Alvaraderías, grabación con sonidos veracruzanos y con la presencia vocal de Julia González. Roberto y sus canciones estarán presentes este día en el Corredor Cultural de Tianguis del Chopo a partir de las 13 horas; más noche, en el Lunario, Armando Palomas grabará Alas & Víboras, disco en vivo con las composiciones que sus seguidores sugirieron y con una instrumentación que incluye trompetas, teclados, maracas y dos-tres brindis; los invitados al espectáculo serán El Mastuerzo y Arturo Meza.

Las jiras, de Federico Arana

A más de 40 años de su aparición, y de ganar el premio Xavier Villaurrutia, la novela Las jiras estrena edición; esta nueva versión –con nuevos capítulos– fue presentada el jueves pasado por su autor en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Polémica desde su título, esta novela también llegó a espantar por su contenido, sobre todo por su vocabulario, que necesitó de un glosario para definir el significado de una cantidad considerable de palabrejas. Por cosas como las anteriores, este libro sigue siendo referente para conocer vicisitudes, sueños, vicios, agandalles y frustraciones de una banda de rock sesentera; sin embargo, oh, casualidad, muchas bandas contemporáneas han padecido lo mismo. La novela se desarrolla en los años 60 del siglo pasado cuando un conjunto de rock (así se les llamó en esa época) decide ir a probar fortuna a los yunaites sin más recursos que confiar en su buena suerte. Por supuesto, Los Hijos del Ácido pasan las de Caín, pero finalmente se impone la lógica. Es menester mencionar que la trama fue inspirada por hechos verídicos vividos por Federico Arana, quien pudo novelar los sucesos sin imaginar que su primer libro –actualmente, lleva publicados más de una veintena– sería lanzado por Joaquín Mortiz El Editor, aclara Arana, al refererirse al prestigio del sello que publicó Las jiras. Esta novela y Guaraches de ante azul, del mismo autor, igual que una veintena más de volúmenes sobre rock, como Rock progresivo, escrito por Roberto Vázquez Mamys, se encuentran a la venta en el puesto de La Jornada. Salú.

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