Candidatos perredistas bajo escrutinio
Los excesos de Bejarano
El riesgo de la chuchodependencia
uidado y los perredistas que se sienten ya seguros en las delegaciones o en los sillones de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se dediquen a festejar y a empezar a hacer cuentas alegres de lo que podría ser su gestión, porque a lo mejor el gozo se les va al pozo. Aunque no quieran creerlo, todavía faltan algunos escollos por salvar, y no serán nada fáciles.
Ocurrirá, por lo pronto, sólo en la ciudad de México, aunque podría extenderse a todo el país, pero muy probablemente no a todo el PRD. Resulta que el Instituto Electoral del Distrito Federal, cuyo prestigio no está tan abatido como el federal, pero, a fin de cuentas, no es tan diferente, tendrá a bien apoyar a los amarillos del DF en un ejercicio que si bien acarreará confianza de algunos, para otros podría convertirse en una burla de consecuencias nefastas.
Se trata de que los 16 candidatos a delegados, lo mismo que los que buscan llegar a la casona de Donceles como diputados locales, tendrán que pasar por el escrutinio del Instituto Electoral local, que los deberá declarar, hasta donde sabemos, aptos para ocupar una candidatura. Eso significa que no solamente habrán de estar limpios por lo que hace al tema del consumo de drogas, sino que también tendrá que ver con su desempeño político, pasado y presente, para que de pronto no aparezcan vínculos extraños, como en el caso del ex presidente municipal de Iguala, que tenía cuates por todos lados.
El acuerdo, que de confirmarse se dará a conocer hoy mismo, pondrá a temblar a muchos candidatos, por ejemplo a Luis Ángel Xariel Espinosa Cházaro, mejor conocido simplemente como Cházaro, que pretende ser el jefe delegacional de Cuajimalpa y cuyo mejor punto curricular es haber servido como “pagador de los chuchos”, es decir, el hombre que requería tener llena la caja para pagar al grupo que se ha adueñado del PRD.
Entonces, si esto que les hemos platicado es verdad, el DF sería la primera entidad de la República en exponer a sus candidatos a un examen de tanto peligro para ellos, porque muchos de los favoritos de los jefes tribales están muy lejos de cumplir con un mínimo perfil para ocupar cualquier puesto como servidores públicos.
El que ya no se verá obligado a pasar tal escrutinio es René Bejarano, que ha sido abandonado por todos los que, se suponía, eran sus fieles. Como ha sido su costumbre, Bejarano decidió que la actriz María Rojo fuera la candidata para la Cuauhtémoc, sin consultar a sus bases, sobre todo a los que tienen el control territorial de la delegación, y vino entonces la rebelión. Alejandro Fernández y José Luis Muñoz Soria optaron por cambiar de bandera. Al lado de Vanguardia Progresista o al de Morena, para ellos el mejor camino fue el primero, y dejaron a Bejarano sin posibilidades en la demarcación que había sido emblema para su tribu.
Después de aquello todo se ha ido desmoronando. Su esposa, Dolores Padierna, coló a su hermano en la delegación Azcapotzalco y tuvo que haberse enfrentado a René, que buscaba que Laura Velázquez repitiera en aquella demarcación. Las consecuencias del pleito aún no las conocemos del todo, pero hace rato que no se les ve juntos, y ella, Dolores, es algo así como 60 por ciento de la tribu que jefatura René, quien por cierto tiene para él y su familia un aparato de seguridad de 32 policías auxiliares.
De cualquier forma, aguas, porque la lista del PRD podría sufrir algunas bajas en los próximos días.
De pasadita
Suponer que el gobierno de Miguel Ángel Mancera dependerá de la tribu de los chuchos sería tanto como asegurar que en la vida política del jefe de Gobierno hay un gen suicida, lo que nos parece imposible. Y pensar que la ciudad de México, en algunos tramos, será gobernada por esos mismos chuchos. Con todo respeto, sería una fregadera. Ya ni la hacen.
