Martes 24 de febrero de 2015, p. 34
Después de llegar a tener bajo su control la dirigencia del PRD capitalino, la mayoría de carteras en el Consejo Estatal, de diputaciones en la Asamblea Legislativa (ALDF) y de jefaturas delegacionales, además de contar con dos secretarías en el Gobierno local (Desarrollo Económico y Desarrollo Rural), así como la presidencia del Instituto Electoral del DF y la titularidad de varios organismos públicos, hoy la corriente del perredista René Bejarano, Izquierda Democrática Nacional (IDN), se encuentra en el nivel más bajo de presencia política en esta ciudad.
Desde mayo de 2013 ya no preside el partido del sol azteca en la capital del país; en el Comité Estatal ya no tienen la mayoría de las carteras; sus legisladores locales en la ALDF están divididos y se han vuelto una constante las renuncias a esa tribu perredista. Las más recientes, las de Leticia Quezada, de Magdalena Contreras; Carlos Hernández, Tlalpan, y Agustín Torres, Alejandro Fernández y José Luis Muñoz Soria, de Cuauhtémoc.
Para Muñoz Soria, esa situación tiene una explicación: la dirección unipersonal que por más de 20 años ha tenido René Bejarano. Un grupo político no puede estar a expensas de decisiones personales, por muy capaz que sea, y eso es lo que no se ha tomado en cuenta y ha llevado a renuncias. No ha habido una decisión real de tomar decisiones colectivas, y así IDN no tiene futuro
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