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¿La Fiesta en Paz?

Taurinos civilizados y toreros relegados

Enrique Hernández Flores, 87

Reanuda 5 Villas su noble concepto

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Ayer, integrantes de la organización AnimaNaturalis protestaron así contra las corridas de toros en el Parque de los Deseos en Medellín, ColombiaFoto Reuters
¿A

lguien supo de alguna demanda a Productora Global EMT SA de CV., nombre actual de la empresa que maneja la Plaza México, por parte de uno o varios tenedores de Derecho de Apartado por daños y perjuicios con motivo del enésimo incumplimiento del elenco anunciado? ¿Se sabe de alguna multa ejemplar a la calamitosa empresa y al no menos calamitoso rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza por inobservancia de contrato, de lo acordado o de lo inventado? ¿Hubo alguna explicación de las partes por la inasistencia del caballista a la plazota luego de reiterar días antes su comparecencia?

Todo indica que el público taurino de México es el más civilizado o el menos iracundo o el más valemadrista a la hora de indignarse o de protestar por algún abuso, fraude o engaño, en contraste con la violencia que suelen desplegar los aficionados a otros deportes y espectáculos. Con estas ineptitudes y actitudes se entiende la engallada opinión del eficiente empresario –excepto en lo taurino– y del vitalicio diestro valenciano: al que no le gusten los toros, que no vaya. Y háganle como quieran y además fueron indultados tres toros en la semivacía temporada, les faltó añadir en ese tono de cinismo escolar.

Medias entradas y cuartos de plaza o menos, es algo que nunca ha preocupado a los que se sueñan propietarios de la tradición taurina de México, sin más imaginación empresarial que seguir importando más de lo mismo, carteles desalmados y aprovechar su amistosa mancuerna con el desaprensivo propietario del coso, sin darle la menor importancia a los tres disgustados o cuatro inconformes que nunca faltan, mientras ya se anuncia espectacular chou de motocicletas patrocinado por Red Bull, ese venenito que puede ser mortal, prohibido ya en varios países menos alelados que el nuestro.

Pero en España hay también toreros de enorme valía que por inexcusables motivos al duopolio mexicano no le interesa traer. En orden de las corridas toreadas allá en 2014, con una entrega y una tauromaquia comprometida con la verdad y emoción del rito táurico al precio que sea, están: Iván Fandiño, 51; Antonio Ferrera, 36; Manuel Escribano, 35; Javier Castaño, 32; Saúl Jiménez Fortes, 24; Juan del Álamo, 20; Alberto Aguilar, 19; Rafaelillo, 14; Fernando Robleño, 14; Diego Urdiales, 11; Alberto Lamelas, 6; el colombiano Sebastián Ritter, 2; y el mexicano Brandon Campos, 1, los dos últimos recién alternativados. Lo dicho: la tauromafia no conoce fronteras ni menos calificación de méritos e incentivos en función del desempeño y potencial de cada actor, como corresponde a todo espectáculo que se respete.

Enrique Hernández Flores, incansable cronista y periodista taurino, cumplió el pasado jueves 87 años de decirle sí a la vida y 60 como comunicador radiofónico de la fiesta de los toros en el país y el extranjero. A los nueve años enfrentó una becerra, luego fue maletilla, aspirante y novillero profesional, deambulando por los pueblos y toreando chonadas, ganándose la vida de mil formas, pasando penurias y corriendo la legua.

Actuó en varias plazas de importancia, hasta llegar a La Morena, antesala de la capital, lucha que ante la falta de apoyo y oportunidades –mal endémico de la fiesta– tuvo que sacrificar. Participó en muchos festivales, dándose lujos como el de haber alternado con su ídolo el maestro Lorenzo Garza y cortar una oreja en la Plaza México, entre otros, además de haber sido apoderado, empresario taurino, etc., e iniciarse como locutor y cronista en la estación XEFR Radio Felicidad a principios de 1955 para, 10 años después fundar, junto con don Francisco Ibarra López, Grupo ACIR.

En la radio de los años 50 y 60 el locutor era además operador, productor, programador, continuista, guionista, ven- dedor, escritor y publicista –cuenta Enrique–, lo que le permitió crear y realizar programas en vivo, tanto en cabina como en estoicos controles remotos y organizar diversos festivales charro-artístico-taurinos con fines benéficos, siendo maestro de ceremonias de la variedad, a la vez que conducía la transmisión de radio, charreaba y toreaba. No obstante haber sufrido el engrosamiento de las cuerdas vocales, Enrique Hernández Flores, como buen torero, continúa en la brega, sorteando con arte las embestidas de sus dos pasiones: la radio y la fiesta de los toros en su programa Fiesta Brava. ¡Enhorabuena por tantas y tantas faenas!

El próximo sábado en Cuautlalpan, municipio de Texcoco, la plaza Cinco Villas y sus entusiastas promotores Luis Marco y Lucero Domínguez reanudan su ciclo novilleril 2015 con un doble concepto benéfico ejemplar: ayudar a una casa-hogar con aportaciones en especie de los asistentes, y novillos con edad, trapío y sus astas íntegras para jóvenes convencidos de que el arte del toreo, más que torear bonito a animales bobitos, es el encuentro sacrificial entre dos individuos, en el que el riesgo físico es sólo uno de los aspectos de ese impredecible encuentro. Asista, apoye y vuelva a respirar.