El INE: muerte de cuna
a ruptura interna, sin precedentes, del INE, no sólo es signo de control del PRI (Huchim, Reforma 19/2/15), sino de su agotamiento ¡antes de cumplir un año de vida! El bloqueo a la investigación sobre la propaganda abusiva, multimillonaria e ilegal del Verde, es la gota que derramó el vaso. No puede ser árbitro de elecciones si ni siquiera tiene la confianza de los partidos que lo conforman. El desastre va más allá. Todo el sistema político, incluyendo a los partidos es percibido en estado de descomposición por 90 por ciento de la población (encuesta Reforma 20/2/15).
La explicación es sencilla. Las reformas electorales y sus órganos responden a una sola línea: mantener el aparato autoritario y responder a cada crisis haciendo concesiones a la oposición y gastando grandes cantidades de dinero. Son 38 años, desde la reforma de Reyes Heroles en 1977. En 1986: nueva ley, nuevo órgano, respuesta a crisis económica y al fraude de Chihuahua; 500 diputados. En 1989: crisis por fraude de Salinas; nace el IFE, más curules. En 1994: crisis por Chiapas y muerte de Colosio; consejeros ciudadanos. En 1996: otra crisis económica; nuevo IFE, senadores pluris. En 2008: crisis por fraude de Calderón; más concesiones a la oposición. En 2013: fraude de Peña; creación del instituto nacional.
Es interesante observar la relación entre dinero y credibilidad del IFE/INE. Por ejemplo: en 1994, con Jorge Carpizo, tenía dimensiones relativamente modestas, pero adquirió prestigio porque Carpizo impuso su autonomía. En 2000, con la alternancia, subió a 66 por ciento, gastó 8 mil mdp. Hoy devora 18 mil mdp y su credibilidad: 25 por ciento. En 2018 este gigante comerá 25 mil mdp (Jorge Alcocer, CNN 28/8/14). El instituto gozó de un veranillo de confianza entre 1997 y 2003 porque la Presidencia no interfirió en las elecciones; Zedillo abrió las puertas de la alternancia y Fox se mantuvo a distancia hasta que organizó el fraude contra López Obrador.
¿Existe alguna fórmula mágica para que el INE adquiera confianza? Sí, es la receta de Jaime Cárdenas. Habría que enviársela al presidente del INE: 1) Corra al señor Cristalinas. 2) Promueva retirar registro del Verde. 3) Promueva nuevo consejo y que sus miembros no sean designados por cuotas de partidos. 4) Enfréntese a las televisoras y aplique la ley. 5) Investigue la compra y coacción de votos. 6) Reduzca su estructura burocrática y deje de gastar millones en propaganda en favor de la simulación democrática. Pero el presidente del INE no tiene súper poderes, y es de temerse que el régimen lo seguirá penetrando y corrompiendo como al Trife. La suerte de estas instituciones está vinculada a la del gobierno del señor Peña y al sistema en una etapa avanzada de decadencia.
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