Hoy por la noche, al realizarse la 87 edición de la ceremonia de entrega de los premios Óscar en el Teatro Dolby en Hollywood, se sabrá si la multinominada película Birdman, dirigida por Alejandro González Iñárritu, conseguirá alguna de las nueve estatuillas a las que aspira. Aunque para el director mexicano esto es lo de menos, confesó en entrevista telefónica con La Jornada, pues lo determinante es que “ojalá el mensaje llegue a los republicanos, para que entiendan que no todo lo que viene de la migración es un problema. Es curioso que Alfonso Cuarón ganara el año pasado con Gravedad tantos reconocimientos, incluidos varios Óscar; es muy excitante que ahora dentro del equipo que hizo Birdman están cuatro mexicanos, quienes fueron fundamentales para su realización: música, sonido, fotografía y dirección. Esto habla del potencial que tenemos los mexicanos para poder expresarnos”.

Otra de las cosas determinantes que han sucedido con Birdman, señaló, es que ha habido un crecimiento espiritual y personal a través de esta película. Para mí es el único objetivo del cine.

Me siento muy agradecido que a lo largo de 15 años mis películas siempre hayan estado en esta farándula y frivolidad de los premios, que son ilógicos y absurdos en principio, porque el arte no debe de competir, sino se debe de compartir. Pero dentro de este esquema y reglas del entretenimiento me siento agradecido por recibir el reconocimiento de los colegas, que me hacen sentir orgulloso de la película que hicimos, dijo Iñárritu y agregó: “además, los premios y postulaciones dan energía para continuar, para seguir confiando en tus instintos. He aprendido a no caer, a no enlazarme a esa necesidad o ilusión de recibir un premio. Hay una frase de Susan Sontag que puse en la película: ‘una cosa es una cosa y no lo que se dice de esa cosa’, creo que esto todos deberíamos de recordarlo; siempre debemos saber quiénes y qué somos, no lo que se dice de lo que somos. La película es lo que es más allá de los premios. Agradezco los premios, pero he aprendido a mantener una sana distancia, se pasa de ser un exitoso nominado a un perdedor en un segundo, y en esto soy un profesional.”

El tiempo, juez real

El director de Amores perros recalcó: Recibir un premio no hace mejor ni peor la película. Hay enormes filmes que no fueron premiadas y que han perdurado, mientras hay otras que han sido muy premiadas que se han olvidado. El tiempo es el único juez real y la película en sí misma es la que tiene un valor más que los premios.

Respecto a los elementos que tiene Birdman, Iñárritu mencionó: “Es una cinta que tuvo el coraje de romper convenciones, hablo de la gramática visual. Ha sido reconocida por una asociación que entre sus características premia el convencionalismo, que reconozca Birdman, que tiene un rompimiento, una exploración y experimenta con otras formas narrativas, es un elogio y me da esperanza. Por lo menos se dieron cuenta de que tiene un valor”.

El ganador de la Palma de Oro en Cannes, quien actualmente filma la película The Revenant, protagonizada por Leonardo DiCaprio, confesó: Actualmente me siento muy bien. Estoy en un momento muy productivo, muy libre. Siento que he tenido una liberación de mis propias reglas y convenciones. Tomar el riesgo es muy positivo y defender la posibilidad de fallar es parte del desarrollo creativo.

Por último, Iñárritu consi-deró que todo lo que ha pasado/pase con Birdman, “si existe un beneficio para el cine mexicano, si logra entusiasmar o inspirar a cineastas jóvenes, sería suficiente para sentirme orgulloso. Pero el país es mucho más grande que una película”.