La entrega de vales de medicinas en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) demostró que es dañina para las finanzas del organismo. Sólo en 2011 generó un exceso por más de 2 mil 500 millones de pesos.

Por eso, el programa fue cancelado al año siguiente; ahora sorprende el anuncio de una nueva versión, y más aún que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se lo adjudique como logro y lo difunda en medios electrónicos, salas de cine y espectaculares.

También, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se iniciará la entrega de vales. No se han dado a conocer los detalles, pero tampoco se justifica cuándo. Según ha asegurado su director, José Antonio González Anaya, el organismo ya aplica medidas para mejorar la eficiencia y asegurar el abasto de medicinas.

El informe sobre la situación financiera del Seguro Social 2013-2014 dio cuenta de las acciones emprendidas; entre otras, la eliminación de las compras emergentes de medicamentos y material de curación que realizaban las delegaciones y unidades médicas de alta especialidad para evitar las carencias. Al año representaban una erogación de mil 500 millones de pesos y dejaron de efectuarse.

El instituto detectó deficiencias en el manejo de inventarios, en la logística y planeación, que al corregirse evitaría una parte del desabasto. Otra medida fue la disminución de los niveles de inventarios de medicamentos, de tres a dos meses, y a la vez aumentar la periodicidad en la revisión de los requerimientos. Sólo con estas acciones, el instituto aseguró que pudo ahorrar mil 500 millones de pesos y garantizar un surtimiento de 95 por ciento de las recetas.

Luego vino la compra consolidada de medicinas con diversos tipos de contratos para mejorar la eficiencia en la entrega y distribución en clínicas y hospitales de los dos institutos de seguridad social.

Escepticismo

En cuanto al Issste, el programa de vales funcionó durante dos años y medio. El plan original preveía que no superarían 3 por ciento de las recetas emitidas por el instituto. Sin embargo, en los primeros meses de 2011 se generó un desabasto severo de medicamentos y los vales llegaron a cubrir alrededor de 40 por ciento de las prescripciones.

En una nueva versión de la estrategia, el Issste y el IMSS anunciaron, la semana pasada, la puesta en marcha de un programa similar, aunque acotado al surtimiento de los vales en farmacias de clínicas y hospitales propios, o en módulos específicos.

Aún se desconocen los detalles, pero esto ya generó protestas de derechohabientes que se preguntan si las autoridades previeron el tiempo que tendrán que destinar y los gastos en que incurrirán por el traslado a otras clínicas para conseguir sus medicinas.

Advirtieron que con esa nueva idea también tendrán que hacer varias filas antes de poder obtener sus medicinas. Ya de por sí nos formamos, a veces una hora, en la farmacia de la clínica. Ahora quién sabe cuántas filas pretenden (las autoridades) que hagamos.

Un derechohabiente en particular aseguró que no aceptará ningún vale y, como lo ha hecho en el año por lo menos, enviará sus quejas al director del IMSS cuando sus recetas no sean surtidas en la clínica que le corresponde.