Opinión
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Desde el Otro Lado

La venganza de Clint Eastwood

U

no de los hechos más curiosos en el proceso electoral estadunidense se efectuó durante la campaña presidencial de 2013. En la convención del Partido Republicano. El actor, director y productor de cine Clint Eastwood entabló un monólogo con una silla vacía a la que hizo una serie de reclamos. Eastwood pretendió ser sarcástico en torno a la supuesta ausencia del presidente Obama en la toma de decisiones al frente del país. Considerando el tipo de concurrencia, no fue extraño que pocos o muy pocos asistentes entendieran la sutil ironía del director. Muchos expresaron su desagrado por la ocurrencia y no pocos medios de comunicación hicieron mofa de él. Eastwood aguardó algunos años para la que pareciera ser su revancha de tan lamentable episodio. Con su característica maestría llevó a la pantalla la historia de un francotirador ( Sniper) que durante la guerra de Irak cazaba enemigos apostado en los torreones y azoteas de las ruinosas construcciones de algunos pueblos iraquíes.

No está claro si Eastwood intentó poner de manifiesto las terribles condiciones físicas y mentales de los ex combatientes y su dificultad para reintegrarse a una sociedad que rechaza cada vez con más fuerza el hecho de que sus hijos sean enviados a países remotos a pelear por una causa ajena. O si, por otro lado, trató de hacer la apología de un soldado cuyo heroísmo consistió en haber matado a más de 150 iraquíes y que, según cuenta él mismo en su biografía, disfrutaba haciendo ese trabajo. En todo caso, el problema es ignorar que el ajusticiamiento de cualquier persona desde un escondite a 200 o 300 metros de distancia es un acto inmoral. Es más, el hecho mismo de que la guerra en cuestión fue inventada de principio a fin con el costo de miles de vidas, también es un hecho profundamente inmoral.

Cabe pensar que cualquiera que sea la interpretación, Eastwood toma revancha de quienes se mofaron de él en su intento de criticar al Presidente por abdicar de lo que, a juicio del director y muchos otros que piensan como él, era su deber cuando retiró las tropas estadunidenses de Irak.No debe sorprender que la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas, tan afecta al cine comercial, incluyera esta película, pero para contrarrestar la crítica de quienes la consideran un bastión de ese cine, también nominara a Selma, cuyo sentido humano es diametralmente opuesto y en la que se exaltan valores universales, por mucho, más ejemplares.