Me mandaron a otro hospital, no me pudieron hacer unos análisis porque carecían de un reactivo, para algo de la orina. Les dije, y ahora qué hago. La otra vez hicieron lo mismo y me mandaron al de Tláhuac a hacerme unos estudios de los huesos, porque se necesita un aparato muy sofisticado que nada más ahí tienen, pero fui y que no estaba funcionando. María del Socorro Casitas, paciente del Hospital Gregorio Salas.

“La atención es muy tardada. La programación de una cirugía lleva hasta seis meses, porque faltan médicos; no hay equipos de rayos X y tienes que contar con dinero para comprar los clavos y tornillos que te van a meter en la cadera. Su respuesta siempre es ‘no tenemos ni equipo médico, ni material, así que aguántese’”. Antonio Jiménez, paciente del Hospital General de La Villa.

El servicio es pésimo. Si necesitas alguna cirugía te dejan en una camilla vieja dizque para prepararte, no hay camas, ni cirujanos. Ahí puedes esperar hasta una semana. Si necesitas algún material para que te operen, lo compras. María Pérez, paciente del Hospital General Rubén Leñero.