Miércoles 11 de febrero de 2015, p. 2
Las toxinas son producidas por microalgas que se acumulan en moluscos bivalvos (mejillones, almejas y ostiones) y causan envenenamiento paralizante, amnésico, diarreico, neurotóxico y ciguatera
, señala Rosalba Alonso Rodríguez, titular del Laboratorio de Biotoxinas Marinas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México, unidad Mazatlán.
Explicó que para enfrentar ese problema de salud la institución a su cargo trabaja en coordinación con el Comité Estatal de Sanidad Acuícola y con los Servicios de Salud de Sinaloa en el análisis de fitoplancton y toxinas.
En el Pacífico mexicano, de 1979 a 2011 se registraron 457 casos de intoxicación humana y 24 decesos por el consumo de mariscos contaminados por toxinas paralizantes; además, en los ecosistemas acuáticos esos venenos también pueden afectar a peces, aves y mamíferos marinos.
Problemas que pueden llegar a la muerte
Algunos derivan en problemas gastrointestinales y neurológicos, incluso en la muerte, según la cantidad de molusco consumido, el tipo de toxina producida y la susceptibilidad del individuo (edad, condición de salud y peso), detalló la bióloga.
Los moluscos bivalvos filtran agua de mar para alimentarse de las partículas contenidas, pero si sobreviene un florecimiento algal ocasionado por microalgas tóxicas, las ingieren y por un tiempo almacenan el veneno en sus tejidos.
Los florecimientos algales se presentan de forma natural, aunque se ha comprobado que algunas actividades humanas promueven su aparición, como el uso de fertilizantes, así como la descarga de aguas de desechos domésticos e industriales a los mantos acuíferos y a otros cuerpos de agua costeros, lo que aumenta los nutrientes que llegan al mar y son alimento para las microalgas
, explicó la experta.