una tragedia que pudo ser evitada, según las autoridades. La embarcación en que viajaban fue socorrida la madrugada del domingo por guardacostas italianos.
Todos estaban mojados, empapados por la lluvia, muertos de frío, declaró el director del centro médico de Lampedusa, Pietro Bartolo. Las condiciones del Mediterráneo, con olas de más de ocho metros, dificultaron la operación de socorro, indicó la Guardia Costera. Según el Ministerio del Interior, 3 mil 528 inmigrantes desembarcaron en Italia sólo en enero. El país ha reducido los fondos para operativos de auxilio en la regiónFoto Ap
Martes 10 de febrero de 2015, p. 19
Roma.
El Mediterráneo volvió a transformarse en cementerio este lunes, tras la muerte de frío de casi 30 inmigrantes que intentaban llegar a las costas del sur de Italia, "una tragedia que podía ser evitada", según las autoridades locales. Los inmigrantes murieron por hipotermia a bordo de la embarcación que fue socorrida la madrugada del domingo por guardacostas italianos o durante el transporte en embarcaciones de asistencia enviadas desde la isla italiana de Lampedusa.
El único centro de salud de la isla confirmó a la Afp en la noche del lunes la muerte de 29 migrantes, tal como lo habían afirmado los medios italianos.
"Es terrible, eran casi todos jóvenes. Todos estaban mojados, empapados por la lluvia, muertos de frío", había declarado previamente el director del centro médico de Lampedusa, Pietro Bartolo.
Según otro médico de este centro de salud, adonde fueron trasladados los ocupantes de la lancha, algunos de ellos llegaron ya muertos, debido a la ola de frío intenso que azota el mar Mediterráneo.
La Guardia Costera italiana recibió el domingo por la noche un pedido de socorro a través de un móvil satelital por lo que pidió ayuda a dos barcos mercantes que se encontraban cerca de la lancha y envió inmediatamente dos embarcaciones de asistencia que zarparon de Lampedusa.
Las condiciones terribles del mar, con olas altas de más de 8 metros, dificultaron la operación de socorro, según explicó en un comunicado la Guardia Costera, que recalca que pese al mal tiempo no se ha detenido la travesía de inmigrantes provenientes de África.
"No cesa el tráfico de seres humanos desde Libia", aseguraron las autoridades marítimas.
Después de 2014, año récord con la llegada de 170 mil inmigrantes indocumentados a Italia, el fenómeno no parece detenerse en el 2015.
Según el ministerio del Interior, 3 mil 528 inmigrantes desembarcaron en Italia en el mes de enero.
La gran mayoría de ellos arribaron en lanchas neumáticas o en barcos pesqueros que zarpan de Libia, donde el caos reinante deja vía libre a los traficantes.
En sólo tres semanas, entre finales de 2014 e inicios de 2015, los guardacostas han rescatado unos 3 mil inmigrantes, la mayoría, -2 mil- viajaban en condiciones dramáticas o habían sido abandonados a la deriva cerca a las costas italianas.
"Una tragedia que se podía evitar"
La Unión Europea lanzó en octubre pasado la operación Tritón, coordinada por Frontex, la agencia de vigilancia de las fronteras, que tiene como objetivo controlar las fronteras marítimas y socorrer las embarcaciones en dificultad. Italia por su parte ha reducido gradualmente los fondos para la operación "Mare Nostrum", que garantizaba el socorro con naves militares equipadas de miles de personas que atravesaban el Mediterráneo en pésimas condiciones.
Esta disminución de fondos ha generado protestas y críticas por parte de las autoridades locales y las organizaciones humanitarias.
"Los 366 muertos de 2013 no han servido de lección. Las palabras del Papa no han servido de nada. Esa es la realidad", lamentó indignada la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, quien exige a las autoridades nacionales mayores fondos para frenar el fenómeno.
"Siento decirlo, pero esta tragedia se podía evitar. Podían ser rescatados por naves militares equipadas y no con embarcaciones de asistencia o lanchas neumáticas que no podían protegerlos del mal tiempo y la temperatura gélida", declaró Bartolo.
"Con el fin de la operación Mare Nostrum los inmigrantes corren mayores riesgos, sobre todo niños, mujeres y jóvenes", sostiene Raffaela Milano, de la organización Save the Children.