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Un tratado de 1990 puso fin a ese derecho, dice

Alemania no pagará indemnizaciones de guerra a Grecia
 
Periódico La Jornada
Martes 10 de febrero de 2015, p. 19

Berlín.

El gobierno de Alemania rechazó este lunes pagar indemnizaciones y el rembolso de un préstamo forzoso impuesto a Grecia en la Segunda Guerra Mundial, en respuesta a un reclamo expresado el domingo por el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Todos estos asuntos se solucionaron jurídicamente con el Tratado Dos más Cuatro, firmado en 1990 en Moscú entre las dos Alemanias y los aliados, que renunciaron a sus derechos sobre los vencidos en 1945, dijo el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel, quien subrayó que Atenas fue uno de los signatarios de ese documento, por lo que fue anulada la obligación de pagar el préstamo obligatorio equivalente a 162 mil millones de euros de hoy, la mitad de la deuda externa del país mediterráneo.

El nuevo gobierno de Grecia, encabezado por la Coalición de Izquierda Radical (Syriza, por sus siglas en griego), no reaccionó a las declaraciones de Alemania, aunque funcionarios de ambos países se verán las caras este miércoles en la reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE), el llamado Eurogrupo, que tendrá el tema de la deuda griega como el principal tema de su agenda.

La discusión en torno al caso griego fue llevada este lunes a Atenas, donde se encuentran representantes de la UE que preparan opciones para impulsar un nuevo programa financiero para Grecia.

Según un despacho de la agencia alemana de noticias Dpa, los emisarios de la UE trabajan con funcionarios griegos en la elaboración de un plan de 10 puntos, que incluye, entre otros, la eliminación de negociaciones y la supervisión de la troika, el grupo formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional.

Pero no sólo en Atenas se discute la problemática griega. En Washington, la canciller alemana, Angela Merkel, habló del asunto con el presidente Barack Obama, y en Londres el primer ministro David Cameron convocó a miembros de su gabinete y del banco central británico para estudiar las opciones en caso de que Atenas declare un cese de pagos o salga de la zona euro.

Merkel aseguró en la Casa Blanca que espera una propuesta viable del nuevo gobierno, pero en la conferencia de prensa no fue cuestionada sobre el préstamo forzoso ni quiso hablar del crédito puente de seis meses que Tsipras ya sugirió el fin de semana pasado. Obama, que no ahondó en el tema griego, sorpresivamente se pronunció la semana pasada en contra de que continúe la austeridad en Grecia, en medio de circunstancias económicas desfavorables para esa nación.

En una reunión de ministros de Finanzas del G-20, celebrada en Estambul, la problemática griega también estuvo en el ambiente y el titular de la cartera alemana, Wolfang Schauble, insistió en las presiones a Grecia al señalar: todavía no he comprendido cómo es que el gobierno griego quiere actuar. Si quieren nuestra ayuda, hace falta un programa elaborado con los acreedores para poder liberar los fondos del BCE.

El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, se mostró más comprensivo con la situación de Grecia, pero igualmente sostuvo que Atenas debe respetar las normas europeas.

Tsipras estuvo este lunes en Viena para entrevistarse con el ministro de Relaciones Exteriores austriaco, Werner Faymann. Al salir de la cita ratificó su plan para limitar la austeridad presupuestal, pero desestimó viable una ruptura con la UE, en una aparente alusión a las declaraciones del ex presidente de la Reserva Federal estadunidense, Alan Greenspan, quien el domingo vaticinó la salida de Grecia de la zona euro. Es cosa de tiempo, afirmó.

En respuesta, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, dijo que esa situación no es factible porque pensamos que Europa es frágil, es como un castillo de naipes y, si se retira Grecia, las demás cartas se derrumbarían.

Las principales bolsas europeas y el mercado de valores de Nueva York cerraron a la baja por la aparente preocupación que hay en torno al programa griego de renuncia a la austeridad y a los planes recesivos recomendados por la troika.