Monterrey, NL.

Más de 300 ciudadanos y miembros de organizaciones no gubernamentales realizaron ayer por la tarde una marcha y un mitin para pedir la cancelación del proyecto hidráulico Monterrey VI, que pretende llevar agua del río Pánuco, en Veracruz, a la presa Cerro Prieto, en el municipio de Linares, Nuevo León.

En la Explanada de los Héroes, frente al palacio de gobierno, los manifestantes anunciaron que este lunes un grupo de organismos civiles de varios estados acudirá al Congreso de la Unión a presentar, con apoyo de la organización ambientalista Greenpeace, una propuesta alterna a la Ley General de Aguas, que prevé impulsar dicho proyecto.

Las 14 organizaciones de la sociedad civil que conformaron un bloque contra Monterrey VI consideran que la obra, además de innecesaria, es el robo del siglo, pues implica el gasto irresponsable de recursos que pueden ser canalizados para atender problemas de seguridad, salud, educación y vivienda.

Condenaron que el gobierno de Nuevo León, encabezado por el priísta Rodrigo Medina de la Cruz, haya dado luz verde a la obra, cuyo costo es de 47 mil millones de pesos, pero puede llegar a 57 mil millones, aun cuando existen otros proyectos para abastecer de agua a Monterrey a menor costo.

Monterrey VI prevé la construcción de un acueducto de 372 kilómetros de longitud y 2.13 metros de diámetro, con origen en San Luis Potosí. Atravesaría Veracruz y Tamaulipas para llegar a Linares.

Alternativas viables, desechadas

Nora Toscano, de la Academia Nacional de Arquitectura, dijo que existen estudios oficiales que documentan la disponibilidad de agua en la entidad, lo que echaría por tierra el argumento principal para realizar la obra, que es dotar de líquido durante los próximos 50 años a la zona metropolitana de Monterrey.

Las autoridades ignoran y desprecian las opiniones, estudios y propuestas de expertos y académicos. Existen proyectos alternativos con mayor eficiencia económica y ecológica que aseguran la disponibilidad de agua a largo plazo, pero no han sido contemplados, reprochó la activista.

Las asociaciones que forman el bloque contra Monterrey VI emitieron un SOS humano y crearon la página www.noamonterreyvi.com, en la que se ofrece información que explica por qué la obra no es necesaria.

Entre las propuestas de los inconformes están la sustitución de retretes convencionales por ahorradores, construcción de presas en la Sierra Madre y revisar la red de distribución, donde cada año se pierden mil 200 millones de pesos en agua por fugas.

Las organizaciones que participaron en la protesta son Rescatemos Nuevo León, Reforestación Extrema, Movimiento de Activación Ciudadana, Asociación de Vecinos de Valle Poniente, Vertebra Nuevo León, Pueblo Bicicletero, Red por la Dignidad, Academia Nacional de Arquitectura, Unión Neoleonesa de Padres de Familia y Frente Amplio Ambientalista, Agua para Todos y Evolución Mexicana.

Eugenio Clariond Reyes-Retana, presidente del Fondo Metropolitano de Agua Monterrey, sostuvo que el proyecto será una inversión nefasta. Dijo que, de acuerdo con un estudio de The Nature Conservacy (organismo en el cual participan 600 científicos de 15 países), trasladar agua del río Pánuco a Nuevo León causará daños económicos, ecológicos y sociales.

Aseguró que el río Pánuco ya muestra un déficit de agua importante durante dos meses del año y, con las concesiones otorgadas por el gobierno federal a los estados de Querétaro, Guanajuato y Nuevo León, la situación empeorará.

Las concesiones, previstas en iniciativa

Angélica Enciso L.

El trasvase de agua del río Panuco, Veracruz, a Linares, Nuevo León, por medio del acueducto Monterrey VI, con un costo de 47 mil millones de pesos y en cuya construcción participará el Grupo Higa, tendrá efectos sociales y ambientales. Aun así, la iniciativa de Ley General de Aguas que se presentará esta semana en la Cámara de Diputados prevé impulsar estas obras y concesionarlas a los actuales operadores.

Si se aprueba la ley, Grupo Higa, propiedad del empresario Juan Armando Hinojosa –quien vendió la llamada casa blanca a Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto–, quien tiene una participación de 53 por ciento en el contrato de Monterrey VI, pasaría de operario a concesionario de las aguas nacionales, es decir, dueño de ese recurso hasta por 70 años, precisa un documento del consultor Miguel Angel Montoya que circula entre los legisladores del Partido de la Revolución Democrática.

Explica que hasta ahora los grupos privados sólo han construido la infraestructura destinada a realizar trasvases y operar las obras, es decir, se encargan de cerrar o abrir las llaves de los acueductos, pero no habían sido concesionarios del agua con el esquema de trasvases.

Explica que el contrato para la construcción y operación del acueducto Monterrey VI se ajusta a lo estipulado por la Ley de Asociaciones Público-Privadas, pero las disposiciones vigentes de la Ley de Aguas Nacionales no permiten a la empresa disponer de las aguas que trasvasa. Con el proyecto de ley de la Comisión nacional del Agua (Conagua), los operadores automáticamente pasarán a tener la concesión y dispondrán del recurso.

Esto aparece en los párrafos segundo y tercero del artículo 114 del documento, que también plantea que los concesionarios tendrán este derecho por 35 años, con posibilidad de prórroga por un periodo similar, indica el análisis.

La diputada perredista Aleida Alavez explicó que al Partido Revolucionario Institucional y a la Comisión de Recursos Hidráulicos les interesa aprobar esta ley, pero deben cuidarse aspectos como los trasvases, y sobre todo preservar el derecho humano al agua.

El trasvase de una cuenca a otra, como se prevé en Monterrey VI, llevaría agua de un ecosistema (el río Panuco) a otro donde podría ocasionar desequilibrios, consideraron organizaciones ambientalistas de Nuevo León como Vertebra, Activación Ciudadana y Mundo Sustentable, entre otras.

Advierten sobre problemas de disponibilidad

La concesión otorgada por la Conagua a Nuevo León es para extraer 15 metros cúbicos de agua por segundo. El proyecto Monterrey VI tendrá una capacidad de cinco metros cúbicos por segundo, pero las estadísticas de disponibilidad de agua en el río Tampaón, afluente del Pánuco, donde se pretende construir la obra de toma para llevar el agua por el acueducto, indican que en los meses de sequía el agua no será suficiente ni siquiera para uso doméstico, agrícola e industriales locales, por lo que no se podrá extraer agua, advierten las agrupaciones en un análisis.

Agregan que en los meses de lluvia, cuando se podrá extraer agua del Pánuco, Nuevo León tiene sus presas llenas, y traer agua de Veracruz implicará desfogar agua de las presas de Nuevo León hacia los distritos de riego de Tamaulipas.