a crisis delictiva que atraviesa el centro del poder de la Iglesia católica se debe a la globalización. Así lo sostiene Gian Piero Milano, fiscal del tribunal del Vaticano, en la presentación de un informe de 50 páginas a funcionarios de la minúscula ciudad Estado, que al mismo tiempo es las entrañas de la Iglesia católica, en una ceremonia que marcó el inicio del año judicial (nota de agencias informativas en La Jornada, 2/2/15).
De acuerdo con Milano, el Estado del Vaticano pasó de ser un pequeño enclave a un territorio cada vez más proclive a las influencias de la globalización
. Es decir, son las tentaciones que ofrece el proceso globalizador lo que provoca los actos delictivos de los funcionarios eclesiásticos, y no cierto entramado institucional y determinados perfiles personales de los delincuentes los que se han conjugado para crear la impunidad encubridora de un largo historial de agravios perpetrados por curas, obispos, arzobispos y cardenales.
Durante el año pasado se cometieron en el Vaticano tanto infracciones menores como delitos mayores, por ejemplo posesión de pornografía en quien ya se sabía tenía un expediente por abuso sexual de infantes. El territorio de la ciudad Estado insignia del catolicismo mundial apenas tiene 44 héctareas y aproximadamente 800 habitantes, la población está integrada por cardenales, nuncios, sacerdotes y guardias suizos
, informa la nota que antes hemos citado. Pero no son los guardias suizos los mayores infractores; de serlo, en lugar de señalar los efectos morales disolventes de la globalización, el fiscal del Vaticano pudo responzabilizar a los guardianes provenientes de Suiza.
Sin dar nombres, Gian Piero Milano mencionó dos casos de personas enjuiciadas por tener material pornográfico infantil. Fue otra instancia, el portavoz del Vaticano, quien ratificó que uno de los descubiertos con literatura inconveniente fue Jozef Wesolowski. Este arzobispo fue nuncio en República Dominicana, de donde debió salir debido a que le descubrieron la red que había tejido para atraer efebos dominicanos, a los que usó sexualmente, y coleccionaba imágenes de sus aventuras con ellos.
Para satisfacer sus deseos Wesolowski contaba con los servicios de un diácono, Francisco Javier Occi Reyes, quien reveló cómo el alto funcionario eclesiástico había logrado por años satisfacer sus fantasías sin ser descubierto. El nuncio salió de República Dominicana sin enfrentar allí, como era debido, las consecuencias de sus abusos. Se combinaron la inmunidad diplomática, su alto cargo clerical y la tibieza de las autoridades dominicanas para que Wesolowski pudiese ir a domiciliarse en el Vaticano. Adonde, eso sí, se llevó uno de los íconos de la globalización, su computadora portátil.
En septiembre de 2014 el arzobispo Jozef Wesolowski fue arrestado en el Vaticano porque se sabía en los corredores de la pequeña ciudad que seguía haciendo ostentación del contenido de su laptop: más de 100 mil imágenes pornográficas, entre videos y fotos de jóvenes varones de entre 13 y 17 años, obligados a posar desnudos o a mantener relaciones sexuales entre ellos o con otros
, publicó Il Corriere della Sera, y de ahí lo retomaron distintos medios.
Occi Reyes hacía la búsqueda de los chicos más pobres de la zona del malecón para llevárselos
al nuncio. Pero el diácono debió contar con la complicidad de otras personas, quienes le facilitaron cumplimentar las órdenes de Wesolowski. Éste cumple en el Vaticano arresto domiciliario y está en espera de ir a juicio. Donde le correspondía enfrentar las consecuencias de sus delictivos abusos era en República Dominicana, pero ya no será así. Le esperan una condena light en Roma y condiciones muy favorables, hasta con ciertos lujos, para sobrellevarla.
El fiscal Gian Piero Milano también habló del inquietante aumento de la criminalidad financiera y de la corrupción, después de que en 2014 el Vaticano abrió una investigación por malversación de fondos contra dos altos responsables del Instituto para Obras de Religión (IOR)
. El IOR es una institución financiera del Vaticano que alcanzó notoriedad informativa, global para infortunio de Milano, a principios de los años 80 del siglo pasado, cuando el presidente del conocido como Banco del Vaticano, el arzobispo estadunidense Paul Marcinkus, fue acusado de malos manejos y fraudes financierons en detrimento de distintas instituciones y personas.
Marcinkus estuvo al frente del IOR de 1971 a 1989. Para realizar inversiones y movimientos bancarios el conocido como el banquero de Dios
se asoció con mafiosos que después darían pistas sobre los andares ilegales del arzobispo. Fue protegido por el papa Juan Pablo II y nunca enfrentó consecuencias judiciales de su oscuro proceder. En 1990 regresó a Estados Unidos, se hizo cargo de una parroquia y murió en febrero de 2006, a los 84 años.
En el Vaticano siguen haciendo de las suyas émulos del pederasta Marcial Maciel, Jozef Wesolowski y Paul Marcinkus, y no es precisamente a causa de la globalización. El problema está en otra parte.