Se aleja posibilidad de hallarlo con vida
Miércoles 4 de febrero de 2015, p. 32
Tijuana, BC.
De alcantarilla en alcantarilla, el gobierno del estado busca a lo largo de 22 kilómetros de drenaje profundo al pequeño Alexander, de casi tres años, quien a las 11 horas del domingo jugaba en un lote baldio, tropezó y cayó en el respiradero de un colector de aguas negras destapado en una de las colonias del este de la ciudad, la zona económicamente más deprimida.
Iván Alexander Sánchez Acosta estaba con su hermano de nueve años cuando cayó por la alcantarilla. Su madre, quien se encontraba en las inmediaciones, intentó –con ayuda de algunos vecinos– rescatarlo, pero no lo encontró. A esa hora, el colector estaba a más de dos terceras partes de su capacidad y la corriente fluía.
La desaparición del menor ha captado la atención de los ciudadanos y disparado en todas direcciones la responsabilidad de que buena parte de las alcantarillas de Tijuana estén destapadas o precariamente cubiertas con madera y piedras, aunado a que el padre es un policía municipal suspendido de la corporación por un caso de soborno que se ventiló recientemente en redes sociales.
Hay 146 alcantarillas (y por lo tanto, algún tipo de compuertas) a lo largo de los 22 kilómetros que separan el lugar donde cayó Alexander de la planta de tratamiento de aguas que recibe todas las descargas. La Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) ya destapó 107, sin éxito.
Este martes la búsqueda se centró en la zona de Gato Bronco, donde buzos especializados ingresaron con cámaras de vídeo. Los bomberos y protección civil no pierden la esperanza de encontrarlo con vida, pero conforme pasan las horas esa posibilidad se desvanece.
La búsqueda de Iván Alexander ha dado otros resultados. Los bomberos se toparon en el drenaje con el tronco y la cabeza de un hombre identificado como Juan Alfredo Esquer Figueroa. Pero también con que el año pasado fueron robadas 2 mil tapas metálicas del sistema de alcantarillado de Tijuana, 5 por ciento del total, y que las autoridades no tienen capacidad para vigilarlas o reemplazarlas en caso de hurto.
Alfonso Álvarez Juan, director de la CESPT, reconoció que en octubre pasado recibieron el reporte de que habían robado la tapa del fraccionamiento Quinta Marsella –donde cayo Iván Alexander, quien vive en la colonia popular que está exactamente arriba, porque Tijuana es una suma de colinas endebles, muchas sostenidas por llantas que se apilan una sobre otra– y que la taparon provisionalmente con un tablón y piedras.
Las miradas se fueron entonces sobre los ladrones y compradores de chatarra. Y hubo llamados a no comprar metales robados. Las autoridades dicen que no pueden poner un policía en cada una de las 40 mil alcantarillas que hay en Playas de Rosarito (el municipio conurbado) y Tijuana. Y los defensores de derechos humanos demandan a las autoridades no descargar su responsabilidad en los delincuentes.
Todo, mientras la familia de Alexander lo espera. El próximo 28 de febrero cumple 3 años. Tenían pensado hacer una pequeña fiesta en el lote baldio donde se ubica la alcantarilla que se lo tragó y que sirve de patio de juegos a los niños de la colonia popular Guaycura, donde viven.