La última semana del pasado enero Glenn D. Lowry, director del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, anunció aquí Latinoamérica en construcción: arquitectura de 1955 a 1980, magna exposición que se abrirá al público el 29 de marzo en ese recinto.

Como el museo neoyorquino es visitado por 30 mil personas procedentes de México, Lowry aprovechó para hablar también de otras muestras en puerta.

Después de recordar que Henri Matisse: The cut-outs (Los recortes), concluirá este domingo, se refirió a tres exhibiciones muy esperadas: Björk, programada para el 8 de marzo; Yoko Ono: One woman show, 1960-1971, con fecha del 17 de mayo, y La escultura de Picasso, con más de 100 obras, el 14 de septiembre.

Performance, arte y música

Björk revisa los siete álbumes de larga duración que la compositora y artista islandesa grabó a lo largo de dos décadas, desde Debut (1993) a Biophilia (2011). El app de ese álbum fue, de hecho, el primero que coleccionó el MoMA, expresó Lowry. El museo, pues, mira la obra de Björk no sólo mediante el filtro de la música, sino también como colaboradora de diseñadores de la moda, cineastas y artistas visuales, y la coloca en un punto crucial del performance, el arte y la música. Incluye todo su trabajo en video de los siete álbumes, muchos de los trajes y accesorios que utilizó.

La exposición dedicada a Yoko Ono, exponente del movimiento artístico Fluxus, hace referencia a una acción que ella efectuó afuera del museo en 1971, ya que no fue invitada a exponer allí. Ono desfiló por la calle anunciando su muestra individual que no se llevó a cabo. Ahora sí la tendrá e incluirá mucha de la obra que hizo de 1960 a 1971, adelantó Lowry.

Hace seis o siete años, agregó, el MoMA se dio cuenta de que su colección del movimiento Fluxus estaba incompleta, así que adquirió más obra producida por ese grupo de artistas que con frecuencia recurren a lo efímero. En 2008 atrajo la colección Silverman de arte Fluxus, la más grande de su tipo en el mundo, que aportó buena cantidad de obras de Ono.

Muestra de Joaquín Torres García

Aunque Picasso empleó mucho tiempo en pintar, dibujar y hacer obra gráfica, hizo escultura casi a lo largo de su carrera, apuntó Lowry. Mucha de esa obra era muy privada, hacía y rehacía sus piezas. Sólo ha habido una gran exposición dedicada a esta faceta del malagueño hace 20 años. Ahora se abrirá Picasso’s sculture (La escultura de Picasso).

Escenas para una nueva herencia: arte contemporáneo de la colección (8 de marzo), revisa las prácticas en el arte actual desde una perspectiva muy global.

Lowry mencionó Desde el Bauhaus a Buenos Aires: Grete Stern y Horacio Coppola (17 de mayo), dos figuras de la fotografía de vanguardia que se establecieron en ambos lados del Atlántico, así como Joaquín Torres-García, uruguayo que vivió en Nueva York (25 de octubre).

Esta última abarca de 1923 a 1933, cuando se conectó con movimientos europeos de vanguardia, y de 1935 a 1943, al producir un repertorio de abstracción sintética al regresar a Uruguay.