Melbourne.

La estadunidense Serena Williams agigantó hoy aún más su figura en la historia del tenis al batir a la rusa Maria Sharapova en una final del Abierto de Australia que le permitió superar las marcas de Martina Navratilova y Chris Evert.

Con el 6-3 y 7-6 (7-5) sobre Sharapova, la número uno del mundo suma ahora seis títulos en Australia y 19 trofeos individuales de Grand Slam, uno más que los 18 de Navratilova y Evert, y a sólo tres del récord absoluto de 22, en manos de la alemana Steffi Graf.

En mi infancia no era de las de más dinero, pero tenía una gran familia y un gran espíritu. Estar aquí con 19 títulos es algo que nunca pensé que sucedería, dijo Serena, quien pese a sumar ya dos trofeos de Grand Slam más que los 17 del suizo Roger Federer –récord entre los hombres– fue contundente cuando se le pidió una comparación.

Federer es mucho mejor que yo, aseguró la estadunidense, quien se sobrepuso a una gripe durante el torneo y tosió ostensiblemente durante la final, que se interrumpió durante 13 minutos en el primer set para que se cerrara el techo del estadio por la lluvia. Al final, Serena confesó haber vomitado.

En mi infancia no era de las de más dinero, pero tenía una gran familia y un gran espíritu. Estar aquí con 19 títulos es algo que nunca pensé que sucedería, dijo Serena WilliamsFoto Reuters

“Yo digo, ‘no te rindas nunca, porque no sabes a quién puedes inspirar ni en quién puedes influir’. ¡Estoy tan honrada de estar aquí con mi decimonoveno trofeo!”, insistió Serena, de 33 años.

Sharapova dedicó palabras de elogio a su rival, con quien mantiene una fría relación. Antes que nada debo felicitarla, hizo historia. Hace mucho que no la derroto, pero es un honor entrar a la cancha cada vez que juego con ella, porque ella es la mejor, y a mí me gusta jugar con las mejores. Me estoy preparando para ganarle, aseguró.

Fue el triunfo 17 de Serena sobre la rusa en 19 partidos, esta vez al sumar 18 saques as. Sharapova no la vence desde octubre de 2004, aunque este sábado puso en ciertos aprietos a su rival en una atractiva final sobre el cemento de Melbourne.