Quedan atrás cinco años de humillación en Grecia: Alexis Tsipras
Syriza: 36.36% de la votación en las elecciones parlamentarias
Los 149 o 150 escaños no le dan mayoría absoluta; alianza necesaria
Lunes 26 de enero de 2015, p. 2
Atenas.
“El pueblo me ha dado un mandato claro: dejar la desastrosa austeridad tras cinco años de humillación. El veredicto de nuestro pueblo significa que se acabó la troika”, afirmó Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical, el partido conocido por su acrónimo en griego como Syriza, que se impuso en las elecciones parlamentarias de este domingo con 36.36 por ciento de los votos, lo que lo dejó a un paso de la mayoría absoluta, al conseguir entre 149 y 150 escaños, y lo obliga a buscar aliados para formar el nuevo gobierno.
Cuando se habían contado 95.30 por ciento de los sufragios, detrás de Syriza se ubicó el partido gobernante de derecha Nueva Democracia, con 27.82 por ciento; el neonazi Nuevo Amanacer, 6.29; el centro derechista, El Río (To Potami), 6.04; el Partido Comunista Griego, 5.49; los centristas Griegos Independientes, 4.73, y el ex gobernante Partido Socialista Panhelénico (Pasok), 4.66.
El Ministerio del Interior informó oficialmente al final de la jornada que Syriza ganó la votación, pero no logró la mayoría absoluta, por lo que dispone a partir de este lunes de tres días para negociar alianzas con otros partidos, a fin de alcanzar la mayoría absoluta y ser llamado a formar gobierno por el presidente Karolus Papoulias. Si el vencedor fracasa, el segundo lugar tendrá que ser convocado para el mismo fin.
Con la votación obtenida, Syriza podría alcanzar 149 o 150 curules; se requieren 151 escaños para la mayoría absoluta en el Parlamento integrado por 300 legisladores.
En el sistema electoral griego, 250 diputaciones se reparten de forma proporcional y el medio centenar restante se destina al partido vencedor en las urnas.
Nueva Democracia, que llegó al gobierno hace dos años con la intención de limitar la intervención extranjera en los asuntos financieros del gobierno, consiguió 76 sillas parlamentarias, escoltado por Nuevo Amanecer, y El Río con 17, cada uno.
El primer ministro, Antonis Samaras, reconoció su derrota poco después de que el Ministerio del Interior divulgó las primeras proyecciones oficiales del conteo.
El pueblo de Grecia ha hablado y todos respetamos su decisión. Tengo la conciencia tranquila
, dijo Samaras en una declaración transmitida por televisión.
Nueva Democracia seguirá listo para jugar un rol decisivo en los futuros desarrollos, como garante de la senda del país
, agregó.
Pocos minutos después, Tsipras apareció ante miles de sus correligionarios y simpatizantes para dejar en claro el rechazo de Grecia al programa de austeridad impuesto a cambio del rescate financiero por la llamada troika, formada por la Comisión Europea –órgano ejecutivo de la Unión Europea–, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que en este país son vistos como un poder casi neocolonial sobre la economía.
El mandato del pueblo griego es, sin duda, terminar el círculo vicioso de la austeridad
, apuntó ante la multitud que vitoreó al ingeniero civil de 40 años. Nuestra victoria es útil para el pueblo europeo que lucha contra la austeridad
, declaró en alusión a los casos de España e Irlanda, que en virtud de la crisis económica mundial desatada en 2008 se han visto forzados a aplicar políticas de reducción de gasto público.
Tsipras también manifestó su intención de negociar justamente con los acreedores de Grecia, principalmente entidades europeas que hicieron préstamos directos o aportaron para los dos fondos de rescate, que suman 240 millones de euros.
El nuevo gobierno griego está listo para cooperar y negociar por primera vez con nuestros prestamistas para una solución justa y mutuamente beneficiosa
, dijo, y aclaró que la administración trabajará en favor de una nueva solución viable
a la deuda griega, que asciende a 320 millones de euros y equivale a 175 por ciento del producto interno bruto. El país emergió de la recesión en noviembre pasado.
Nuestra prioridad es que todos los griegos recuperen su dignidad
, expresó en referencia a la problemática económica interna, que llevó a una caída de 25 por ciento de la producción total de bienes y servicios en este país mediterráneo y a un desempleo de 25 por ciento, que afecta a uno de cada dos jóvenes.
Grecia, subrayó el dirigente del partido fundado por marxistas, trotskistas, socialdemócratas y ecologistas, no se someterá
más al dictado de los acreedores, entre los cuales el gobierno de Alemania ha jugado un papel central.
Después de la presentación de Tsipras antes sus seguidores, los dirigentes de dos partidos minoritarios, El Río y Griegos Independientes, ofrecieron colaborar con Syriza en caso de que los resultados definitivos no le confieran la mayoría absoluta en el Parlamento. Sin embargo, no hubo respuesta del vencedor de los comicios.
Si logra formar una coalición con mayoría absoluta, Tsipras se convertiría en el primer ministro más joven en la historia política de Grecia y en el primer líder de un partido de izquierda radical que asume el poder entre los países de la Unión Europea.
Los acreedores de Grecia sostienen que el país debe cumplir con sus compromisos anteriores para seguir recibiendo ayuda.
Desde Alemania se ha manejado la versión de que Atenas podría enfrentar una bancarrota si no se alcanza una solución financiera, aunque la especulación sobre una Grexit –un juego de palabras en inglés que hace referencia al abandono de Grecia de la zona euro– y el potencial colapso de la moneda única ha sido mucho menos intensa que en las pasadas elecciones generales de 2012.
Miles de griegos tomaron las calles en la noche del domingo para celebrar la victoria de Syriza. Muchos se reunieron en el centro de Atenas en la llamada Plaza de las Lágrimas, por su trágico pasado.
Los griegos derramaron lágrimas de tristeza en esta plaza, y ahora finalmente lo hacen de alegría y esperanza de un nuevo mañana para el país
, dijo Giorgos Balabanis, un taxista de 44 años.
La plaza es tristemente recordada por el reagrupamiento de la población judía en 1942 por las fuerzas de ocupación nazis.