La situación económica, la inseguridad y la decisión legislativa de acabar con la participación de animales han perjudicado al espectáculo circense, afirma Alfredo Atayde, uno de los propietarios –junto con sus hermanos– del circo que lleva su nombre, el cual tiene una tradición de 127 años.

El circo se presentó las dos semanas pasadas en su temporada de invierno, en su terreno de la colonia Postal, con un programa de los talentos que surgen de los festivales que la empresa realiza anualmente al final de su temporada estelar durante las vacaciones escolares de verano.

En esta ocasión, las entradas fueron muy bajas en comparación con la asistencia de años pasados. La carpa tiene cupo para 2 mil espectadores, pero el fin de semana pasado, por ejemplo, apenas tuvieron unas 200 personas que pasaron a la taquilla para presenciar la función sabatina nocturna.

En parte es la situación de la economía y también influye el hecho de no contar con los animales, señala Atayde, quien agrega que las dos veteranas del elenco, Tamy y Safari, elefantas que alegraron las funciones por más de 50 años, fueron compradas por el zoológico de Zacango, (cercano a Toluca).

Sobre la ausencia de animales, Atayde agregó que es bandera partidista no permitir que los haya en el redondel, lo cual no es de mucha consideración hacia los de otros espectáculos, como las corridas de toros y la charrería, que no son tocados por la prohibición. Aclaró que su circo no maltrata a los animales, pues esa no es la manera de adiestrarlos.

El circo se ha visto también afectado por la inseguridad. En Zamora, asevera Atayde, tuvieron que pagar derecho de piso y no hace mucho el camión de los caballos fue asaltado en la autopista Arco Norte y se llevaron tres ejemplares.

Despidos, una consecuencia

Todo ello ha afectado las finanzas de la empresa, al grado de que se ha tenido que prescindir de varios empleados y regresar al esquema original, en el que los familiares de los cirqueros colaboraban en los distintos menesteres que abarca el espectáculo, como acomodadores, taquilleros o atendiendo la venta de alimentos y refrescos.

Por el momento el programa se integra mayormente con elementos egresados de los festivales del circo nuevo, como es el caso del Flow Fabric Art, una troupe que se generó en los espacios estudiantiles de Las Islas de Ciudad Universitaria, la cual presenta un colorido número con grandes pelotas rodantes adentro de las cuales actúa una persona.

Andrea Atayde Chávez ejecuta un relampagueante y mágico cambio de vestimenta. El dúo cardio, integrado por Selene y Rodrigo –ella mexicana y él uruguayo– tienen el acto de la percha giratoria. Rulo es un versátil payaso, y aparece también un trío que, con destrezas simiescas, trepa por el mástil, se deslizan, se enredan y ejecutan otras acciones.

Se agrega un dueto de chicas gimnastas que en unos aros a 10 metros de altura y sin red protectora forman figuras. Los juegos malabares también están presentes.

El circo entró en receso para atender compromisos privados esta semana, pero el sábado 10 de enero dará dos funciones al público en horario de 17 y 19:30 horas y el domingo habrá otra, a las 19:30 horas para cerrar temporada.

El sitio está ubicado en Calzada de Tlalpan 833, a unos pasos del Metro Villa de Cortés.