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La indignación

Integrantes del movimiento recorrieron territorios calientes

Rechaza 43x43 narcoestado y poder de partidos podridos

Ningún apoyo de la delegada de Tlalpan a la caravana

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Integrantes del movimiento 43X43, ni un desaparecido más, a su arribo a la ciudad de MéxicoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de noviembre de 2014, p. 8

Caminaron 175 kilómetros por municipios calientes de Guerrero y Morelos. A su paso se toparon con el miedo. La gente no sabe a quién dirigirse y nos lanzaban la pregunta: ¿En manos de quiénes estamos si no pudieron detener las atrocidades contra los muchachos de Ayotzinapa?

Habla José Alcaraz, vocero de 43x43, movimiento de 43 organizaciones civiles que marcharon de Iguala a la ciudad de México para demostrar su dolor por los 43 estudiantes desaparecidos y supuestamente asesinados a sangre fría por otros jóvenes como ellos.

A las seis, unas 500 personas arribaron al atrio del templo de San Agustín en el centro de la delegación Tlalpan y se acomodaron entre los arcos y los muros de la iglesia.

Alcaraz se une a las voces que comenzaron a expresarse en las redes sociales y luego hicieron un reguero colectivo: Si ya se cansó Jesús Murillo Karam que renuncie. No podemos tener un funcionario público cansado. México necesita gente de 24 horas.

La insolente conferencia de prensa dada un día antes por el titular de la PGR indigna a este empresario y a sus acompañantes. “Cómo puede decirles a los padres de los jóvenes ‘ya encontramos a sus hijos, están en unas bolsas de cenizas y no podemos reconocerlos’. Qué falta de sensibilidad”.

Mientras Alcaraz platica se acerca Patricia Cervantes, vecina de Villa Coapa. Les trajimos sándwiches, tortas, plátanos, pan y un cobertor que recolectamos en 100 casas. Estamos con ustedes.

Alguien grita: De un restaurante trajeron comida. Tres meseros con sus mandiles del Asado Argentino se afanan en acomodar 600 raciones de pozole y otras viandas.

Un señor de boina negra explica a los miembros de la caravana que está con ellos. Es el gastrónomo Osvaldo Caldú, quien salió de Argentina amnistiado y llegó a México en los años 80.

Y así las cajas de botellas de agua, de refrescos y alimentos se apilan, como las esperanzas de los recién llegados de sacudirse el miedo y de alzar la voz. Una mujer pide a la gente que no se arredre y participe.

De la delegada, la perredista Maricela Contreras, no recibieron ningún apoyo, ni logístico. En Guerrero y Morelos, según el vocero, hubo secretarios de gobierno y presidentes municipales solidarios. Por eso se acomodaron como pudieron en la iglesia.

El dirigente del Consejo Estatal de Organizaciones de la ciudad de México, dice que se animó a convocar a otras organizaciones, porque no podía quedarse cruzado de brazos ante el drama que viven los padres de Ayotzinapa. Tengo cinco hijos y sé lo que sienten.

En Cuernavaca se encontraron con el poeta Javier Sicilia y hoy harán un pronunciamiento a su lado. Tenemos que trabajar para darle voz a los ciudadanos. De nada sirve que llegue al poder un lacayo de los intereses económicos de cualquier partido, explica Carlos Eduardo Pérez Ventura, otro integrantes de 43x43.

Ya es de noche y la gente hace fila para comer. Tras siete días arribarán al Zócalo con un llamado a no aceptar vivir en un narcoestado ni dominados por unos partidos podridos.

A la entrada dos jóvenes forman un círculo con fotografías de los 43 normalistas y los iluminan con velas en una pequeña ofrenda.