La igualdad entre hombres y mujeres sigue pendiente en México, consideró Ana Buquet, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aunque existen en el país leyes y políticas de gobierno que la promueven, precisó, no hay todavía un compromiso claro de las autoridades para abatir las diferencias que mantienen a las mujeres como responsables únicas del cuidado de los hijos, con trabajos donde perciben salarios más bajos que los hombres e incluso están impedidas para acceder a los espacios de toma de decisiones.

Ayer dio inicio en el PUEG el 21 Coloquio anual de estudios de género, el cual tiene el propósito de conocer los trabajos de investigación que se realizan en otras universidades e instituciones educativas, así como impulsar, a partir de sus resultados, que se traduzcan en cambios que impacten en la vida cotidiana de las personas, señaló la especialista.

Consideró que a pesar de las modificaciones legales y definiciones de gobierno para introducir la perspectiva de género en sus acciones y el ejercicio de la función pública, aún persisten miles de formas de desigualdad en la vida cotidiana, muchas de las cuales se hacen invisibles, se esconden y son difíciles de detectar y corregir.

Sin embargo, dijo, existen otras que son evidentes, como que las personas definen su proyecto de vida profesional en función de estereotipos de género, por lo que hay más mujeres como enfermeras o trabajadoras sociales y más hombres en las ingenierías. Claramente ellos están mejor pagados, apuntó.

Además, están los medios de comunicación, que con programas y mensajes publicitarios refuerzan los estereotipos con imágenes de la mujer en el hogar, como ama de casa y objeto sexual. De ahí la necesidad de insistir en la necesidad de la igualdad de género, advirtió.

En la primera sesión del coloquio participó María Jesús Izquierdo, profesora de teoría sociológica de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y fundadora del Grupo de Estudios Sentimientos Emociones y Sociedad, quien planteó que la sola existencia de leyes no garantiza la equidad de género.

La razón, dijo, es que legislaciones y políticas se han diseñado al amparo de una cultura patriarcal, lo que responde a un esquema que, en realidad, no tiene la intención de que las cosas cambien.

Aparte hizo otras consideraciones, como la persistencia de sentimientos de culpa en las mujeres que, a su vez, dan cuenta de una forma de pensamiento y emociones por las cuales ellas mismas se mantienen en una posición de desigualdad frente a los varones.

Eso explica que, no obstante los avances y discursos que plantean la igualdad, ellas siguen siendo las únicas responsables de la crianza de los hijos, de las tareas domésticas, de la administración del hogar y de las emociones de sus integrantes, comentó Buquet.